volver

Hace unos meses, un amigo y yo compartimos entre nosotros nuestros pasajes favoritos de la Escritura. Sin vacilar, incluí Apocalipsis 21 en mi lista por la promesa que ahí aparece sobre el cielo nuevo y la tierra nueva. El libro de Rut y su imagen de redención también ha sido una fuente de mucho consuelo para mi vida.

Debido a nuestras personalidades y experiencias de vida diferentes, creo que es un tanto inevitable que todos nos identifiquemos con un pasaje en particular o con un personaje de la Biblia más que con otro. En su sabia providencia, Dios nos ha dado una colección diversa de libros que puede hablarnos en las variadas situaciones en las que nos encontramos. Sin embargo, corremos riesgos si es que solo estudiamos nuestras partes favoritas de la Biblia. Puesto que «toda la Escritura» es dada por Dios para instruir en justicia (2Ti 3:15-16). Si descuidamos cualquier parte de la Sagrada Escritura, no estaremos preparados adecuadamente para terminar la carrera que tenemos por delante (Heb 12:1-2).

Mientras que los grandes héroes de la tradición reformada dedicaron sus vidas al estudio del consejo completo de Dios, pareciera que nosotros no hacemos lo mismo. Si tuvieran que preguntarle a un grupo si para alguno 2 o 3 de Juan es su libro favorito, dudo que obtengan muchas respuestas afirmativas. También es probable que muchos más no elijan la epístola de Judas como el libro más importante para su crecimiento espiritual. La brevedad de estas cartas parecen no invitarnos a leerlos con el mismo fervor que libros como Romanos o Génesis.

Esto es bastante lamentable, puesto que, además de ser Palabra de Dios para nosotros, estos libros nos hablan respecto a muchos de nuestros problemas actuales. Las exhortaciones de Judas para luchar por la fe toman una especial urgencia después de cien años de sectas y de grandes críticas liberales. El énfasis en el amor y la verdad en 2 Juan nos ayuda a entender lo que significa amarse mutuamente en una cultura que niega los absolutos. El énfasis de 3 Juan en nuestro compañerismo en la misión nos recuerda que no debemos idolatrar nuestras riquezas, sino más bien dar parte de ellas para la expansión del Evangelio. Para una cultura esclavizada en el relativismo y materialismo, Juan y Judas nos recuerdan la libertad que ofrece Cristo.

Estos libros, no menos que otros, nos fueron dados para nuestra edificación. Por lo tanto, estudiémoslos
con entusiasmo, y así toda la Escritura, para que podamos escuchar la voz de Dios.

Este artículo fue originalmente publicado por Ligonier Ministries en esta dirección. | Traducción: María José Ojeda
Photo of Robert Rothwell
Robert Rothwell
Photo of Robert Rothwell

Robert Rothwell

Robert Rothwell es editor asociado de Tabletalk, profesor adjunto en Reformation Bible College y graduado del Seminario Teológico Reformado en Orlando, Florida. Ha escrito los estudios bíblicos de Marcos este año.
Otras entradas de Robert Rothwell
Seguros en Dios
 
Tolerancia Intolerable
 
El sacerdocio eterno