volver
Photo of Paz para un corazón ansioso
Paz para un corazón ansioso
Photo of Paz para un corazón ansioso

Paz para un corazón ansioso

A lo largo de mi vida, siempre he encontrado cosas por las cuales estar ansiosa. A veces son miedos irracionales y, en otras ocasiones, son preocupaciones más «legítimas». Como cristianos, somos llamados a no preocuparnos; sin embargo, cualquiera que haya experimentado ansiedad diría que es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Filipenses 4:6-7 entrega una enseñanza valiosa para aquellos que luchan con la ansiedad:
Por nada estén afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús.
Pero, ¿qué ocurre si obedeces fielmente este versículo y aun así tu corazón se sigue acelerando, tu mente sigue haciendo ruido y simplemente no puedes «apagar el interruptor» de la preocupación? He estado en esta situación muchas veces y hay cuatro preguntas que me ayudan a centrar mi corazón. Si estás luchando con ansiedades que amenazan con apoderarse de ti, usa estas preguntas para ayudarte a permanecer firme y aconsejar tu corazón con la verdad[1]:
1. ¿Es Dios soberano?
Salmo 139:16b dice, «...y en tu libro se escribieron todos los días que me fueron dados...». No te encuentras en esta situación accidentalmente. Las circunstancias que te generan ansiedad no escapan a la atención de Dios. De hecho, Dios nos da soberanamente nuestras circunstancias (y cualquier resultado desfavorable). Necesitamos recordar que él las ha determinado todas y que nos debemos someter a su plan. Esto puede ser difícil de aceptar, pero en realidad existe consuelo al saber que nuestros caminos están preestablecidos y por eso Dios no se sorprende por los vuelcos que dan.
2. ¿Es Dios poderoso?
En mi experiencia, la ansiedad a menudo viene al querer manejar y manipular cosas que no puedo controlar. Ya sea un diagnóstico de salud, problemas financieros o incluso la opinión de alguien sobre mí (a menudo no hay mucho que pueda hacer al respecto). Por lo tanto, la ansiedad puede ser un gran recordatorio de que aunque no soy lo suficientemente poderosa para cambiar mi situación, ¡Dios sí lo es! Tenemos un Dios que creó el mundo, que puede calmar los vientos y los mares y que puede resucitar a los muertos. Cualquiera sea la situación que enfrentas, él no tiene límites. La ansiedad debería humillarnos y hacer que doblemos nuestras rodillas frente a Dios pidiendo su ayuda. Como cristianos, esta debería ser nuestra actitud y nuestra respuesta frente a cualquier situación en la vida; por lo tanto, si la ansiedad nos lleva a esto, debería ser entonces una bendición. Podemos aprender a seguir la enseñanza en 1 Pedro 5:6-7 «humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo, echando toda su ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de ustedes».
3. ¿Es Dios fiel?
En tiempos de ansiedad, puede ser fácil dudar de la bondad de Dios para con nosotros. Recordar la fidelidad de Dios puede aquietar nuestro corazón en momentos donde él puede parecer lejano. Piensa en aquellas situaciones difíciles que has enfrentado en el pasado. Recuerda las maneras en las que Dios te ayudó en aquellos momentos y las maneras en las que sentiste su mano. Podemos ver a través de la Biblia cómo Dios siempre ha sido fiel a su pueblo y a sus promesas; él ha prometido nunca dejarnos ni olvidarnos y que nada podrá separarnos de su amor (Ro 8:38-39). Pase lo que pase, Dios estará con nosotros y nos ayudará a través de esas situaciones. 
4. ¿Por qué razones puedo agradecer a Dios?
Probablemente esta pregunta es la más difícil de contestar cuando estamos en medio de la ansiedad. Nuestras mentes están intranquilas con nuestras preocupaciones urgentes y estar agradecidos no es lo primero en nuestra lista de prioridades. Pero he incluido esto, no solo porque nos dicen que tenemos que ser agradecidos en todo momento (1Ts 5:18), sino que también porque personalmente he encontrado que es útil para realinear mi corazón cuando estoy inquieta y mi mente le da vuelta a las cosas. Entonces, ¿por qué razones puedo agradecer a Dios en tiempos de ansiedad? ¡Afortunadamente las tres primeras preguntas dan algunas ideas! No importa lo que esté ocurriendo a nuestro alrededor, el carácter de Dios es constante y siempre nos da una razón por la cual dar gracias y alabar. Tal vez hay aspectos en medio de tu situación de ansiedad que son razones por las cuales dar gracias. Por ejemplo, un amigo preocupado o el apoyo familiar, puede ser la comunidad de tu iglesia o algo con lo que Dios te ha alentado a través de la Biblia. Incluso podría ser dar gracias por una lección que él te enseñando a través de la prueba. Si no, mi plan B de oración es: «gracias Dios por esta nueva oportunidad de confiar en ti y ver tu provisión». Y aunque no pueda ver ninguna razón por la cual dar gracias en mis circunstancias actuales, puedo saber y confiar que él está trabajando y que él me mostrará su fidelidad una vez más. Es posible que tu corazón haya sido guiado con estas preguntas y aun así te das cuenta de que tu ansiedad continua y, si ese es el caso, ¡está bien! Experimentar la «paz de Dios» no siempre nos hace ver como una «persona tranquila estilo zen». La promesa de Filipenses 4:6-7 es que nuestros corazones y pensamientos estarán cuidados en Cristo Jesús. Si estamos enraizados en la esperanza del Evangelio y la verdad del carácter de Dios, hay una paz y una confianza profunda e inquebrantable que todo cristiano tiene y que jamás será arrebatada. Si oramos con constancia y escogemos seguir confiando en Dios, nuestras circunstancias o nuestra ansiedad no nos cambiarán. Podemos decir con confianza y seguridad total: «El Señor está conmigo, y no tengo miedo; ¿Qué me puede hacer un simple mortal?» (Sal 118:6).
Reproducido de GoThereFor, publicado por Matthias Media. Propiedad literaria. Todos los derechos reservados. Usado con permiso. | Traducción: Génesis Ramírez

[1] Si estás luchando con trastornos de ansiedad a nivel clínico, busca ayuda profesional; es una opción sabia.