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Reseña: Incómodo
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Reseña: Incómodo


Nota del traductor: todas las citas del libro aquí mencionadas son traducción propia.
«Café en grano tueste medio, por favor». La barra era esplendorosa, organizada con una inmensidad de posibilidades. Seleccionar y escoger los granos que me llevaría a casa era un deleite. Me aseguré de que fuera una buena bolsa al apretarla y permitir que el aroma de los granos emanara de los diminutos agujeros cerca de la parte superior. Ahora, algunos sin duda podrían considerar mi encaprichamiento con el café odioso, elitista, o quizás, sin bromear, raro. Independientemente de cómo lo percibas, el punto es que me gusta mi café de una manera particular. Cualquier otra cosa que no sea lo que yo prefiero es, bueno, simplemente incómodo, y la comodidad trae gozo, tranquilidad y satisfacción. Esta es la realidad en la que vivimos: todos buscamos comodidad. Lamentablemente, esta búsqueda de comodidad se ha abierto camino en nuestras vidas como cristianos, así como también en la iglesia. Queremos bancos cómodos, música cómoda, predicación cómoda, relaciones cómodas, santificación cómoda, rendición de cuentas cómoda e ¡incluso un café postsermón cómodo (tueste medio, por supuesto)! El punto es: todos queremos comodidad. Sin embargo, solo porque algo sea cierto no dice nada de su validez. Es por esto que Brett McCracken escribió su libro, Incómodo: el desafío inconforme y esencial de la comunidad cristiana, para desafiar a la iglesia a autoexaminarse. Por demasiado tiempo, la iglesia occidental ha ignorado las maneras en que la cultura ha formado su entendimiento de la comodidad. En palabras de McCracken: «Nuestra cultura consumista nos ha condicionado a creer que nada ni nadie jamás debe interponerse entre nosotros y aquello que queremos. El resultado es que las preferencias personales llegan a ser sacrosantas». Las soluciones, por supuesto, no parecen exactamente un cuadro cómodo. Sin embargo, tales correctivos ciertamente son necesarios y McCracken nos entrega un recordatorio adecuado y necesario de lo que nosotros como cristianos y como iglesia estamos llamados a hacer en esta vida.

Resumen

«Cuando la iglesia cristiana es cómoda y cultural, tiende a ser débil. Cuando es incómoda y contracultural, tiende a ser fuerte». Construido sobre este fundamento, Incómodo está compuesto de dos partes: Una fe incómoda y Una iglesia incómoda. La primera busca encender la alarma y recordarnos a nuestro Salvador crucificado. La fe cristiana consta de la cruz incómoda, de un llamado a una santidad incómoda, de verdades incómodas que nos definen, de un amor incómodo por otros, de un Consolador incómodo que nos santifica y del trabajo de la misión incómoda. Esta «fe» incómoda da a luz e interactúa radicalmente con la segunda parte: Una iglesia incómoda. Para McCracken, la iglesia es «el cuerpo de Cristo, el organismo que Dios ha escogido para manifestarle físicamente al mundo a su Hijo por el poder del Espíritu Santo». En cualquier iglesia, experimentamos y tenemos que vivir con la realidad de lidiar con un pueblo, una diversidad, una adoración, una autoridad, una unidad y un compromiso incómodos. McCracken concluye la segunda parte con el capítulo, «Comodidad contracultural», que ofrece un ruego y una exhortación final para que la iglesia se vindique. Él escribe: «Si la iglesia debe luchar en el siglo XXI, debe recuperar las paradojas discordantes y profundas de lo que Cristo la llama a encarnar: un Reino donde el último es primero, donde dar es recibir, donde morir es vivir, donde perder es encontrar, donde el menor es el mayor, donde el pobre es rico, donde la debilidad es fortaleza, donde servir es gobernar».

Un correctivo útil

Hay mucho de este libro que disfruté y que me desafió. La redacción de McCracken es fresca y vigorizada con una preocupación y cuidado genuinos por el testimonio de la iglesia en nuestro mundo moderno. En muchas maneras, leer Incómodo me entregó una «teología de la comodidad». Sobresalen un par de cosas en particular. Primeramente, la primera parte me recordó qué es la vida cristiana y cómo debe lucir. ¿Tienes hermanos y hermanas en tu iglesia que están luchando con entender cómo la cruz debe impactar sus vidas? ¿O quizás tu iglesia está buscando autenticidad por sobre santidad? Regalar este libro a los miembros de tu iglesia sin duda ayudará a entregar correctivas bíblicas a una concepción consumista del cristianismo que irreflexivamente impregna las mentes de nuestros rebaños. En segundo lugar, McCracken expone el error de intentar mezclar nuestras iglesias con el panorama cultural. La vida cristiana es un llamado a ser apartados. Esto lleva inevitablemente a una vida incómoda. No necesitamos preocuparnos mucho por la opinión del mundo sobre nosotros tanto como nos importa lo que Dios dice sobre su iglesia:
La vida cristiana no es un llamado a ser fiel a uno mismo. Es un llamado a negarte a ti mismo o al menos a negar esas partes de ti mismo que son incompatibles con el tipo de humano al que todos debemos aspirar imitar: Jesucristo.
En tercer lugar, McCracken dirige amablemente el análisis del cristianismo consumista hacia un enfoque particular en la iglesia. Tristemente, no dejamos en la puerta nuestra «idolatría cómoda» y el «individualismo de preferencia personal». Las ideas que McCracken menciona para luchar contra la cultura occidental contemporánea son animantes e inspiradoras. Todos los pastores deben luchar con estas ideas y guiar a sus congregaciones a reformar sus conceptos de diversidad, autoridad, unidad y compromiso. Aunque no todos estaremos de acuerdo con cómo McCracken propone el cambio (por ejemplo, estilos de adoración), su petición de infundir a los cristianos con un cristianismo formado eclesialmente es totalmente necesario para la iglesia hoy, especialmente su punto culminante de que la unidad en diversidad y la autoridad son un regalo.

Conclusión

Finalmente, entre muchos beneficios de este libro, aprecio cómo en Incómodo se busca conectar la teología con la iglesia. Por demasiado tiempo, la iglesia se ha conformado con la pragmática y los modelos de negocio seculares para promover su mensaje. Incómodo es un correctivo útil que nos empuja de regreso a la Biblia y nos muestra cómo nuestra teología debe interactuar con nuestras reuniones. Para ese fin, cerraré con una gran cita que se encuentra al final de Incómodo que encapsula esta útil correctiva:
Si la iglesia va luchar en el siglo XXI, necesita estar dispuesta a exigir más de sus miembros. Ella necesita imponer la importancia de los pactos por sobre la comodidad, incluso si el mensaje provoca que alguno dé la espalda. Es necesario que ella hable proféticamente contra las perversiones del cristianismo cultural y consumista, por muy poco atractivo que sea. Necesita sacar a los cristianos de la fe individualista del tipo «solo Jesús y yo», desafiándolos a abrazar el alto costo de la cruz y de la vida en una comunidad de pacto.

Incómodo: el desafío inconforme y esencial de la comunidad cristiana. Brett McCracken. Editorial Nivel Uno, 240 páginas.

Esta reseña fue publicada originalmente en 9Marks.