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Cinco razones por las que debes predicar Filipenses
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Cinco razones por las que debes predicar Filipenses

Es difícil exagerar el valor de afirmar la obra del Espíritu en una persona por medio del Evangelio. Este tipo de ánimo bíblico ayuda mucho para que hermanos creyentes avancen a medida que crecen a la imagen de Cristo. Si se hace correctamente, la exposición bíblica debe lograr esto tanto para los que escuchan como para el predicador mismo. Eso es lo que pasó cuando prediqué Filipenses: la tarea animó tanto mi crecimiento como el de nuestra congregación (Esd 7:10). Permíteme animarte a predicar Filipenses por medio de estas cinco razones:
1. Filipenses ayudará a tu congregación a apreciar el poder del ánimo bíblico
Como cristianos, tendemos a ser livianos en elogios y muy duros en críticas. A veces, tenemos la extraña idea de que si elogiamos mucho a una persona se volverá orgullosa. Quizás. Sin embargo, el apóstol Pablo no pensaba así. Al contrario, él buscó a los dignos de elogio. Por cierto, él no tenía miedo de reprender cuando fuera necesario (4:2-3), pero habitualmente él buscaba evidencias de la gracia en otros. En su breve carta, el apóstol elogia a los receptores no menos que siete veces. Pablo los elogió por:
  • su compañerismo en el Evangelio (1:5).
  • la obra santificadora de Dios en ellos (1:6).
  • ser partícipes de la gracia en su encarcelamiento, en contraste con aquellos que obraron en su contra o lo abandonaron (1:7, 17; 2Ti 4:16).
  • su amor y oraciones (1:18).
  • su progreso y gozo en la fe (1:25).
  • y su amabilidad al suplir sus necesidades económicas y al apoyar la obra del Evangelio (4:15–20).
Pastor, ¿son tu iglesia y tú más críticos que animantes? Si es así, entonces todos recibirán ayuda por medio de Filipenses.
2. Filipenses te ayudará, como pastor, a apreciar a otros predicadores del Evangelio y a valorar su compañerismo
El compañerismo en el Evangelio es una de las razones dominantes por las que Pablo les escribió a los Filipenses. Es una carta de «agradecimiento». Él sabía que el Espíritu estaba usando su encarcelamiento y persecución para hacer más famoso el nombre de Cristo (1:12-14). Por lo tanto, él valoró a otros creyentes por su mutuo amor por Cristo y su compromiso con el avance del Evangelio. Sin embargo, no todo el que predicaba a Jesús lo hacía con intenciones piadosas (1:15-18). A pesar de ello, la confianza de Pablo en Dios para usar el Evangelio, incluso cuando era predicado por mensajeros imperfectos, nos dice algo acerca de su fe en Dios para lograr su obra soberana. Filipenses no contradice la fuerte condenación de Pablo contra aquellos que predican un evangelio falso (Ga 1:6-9), pero cuando se trata de hermanos cuyos motivos y métodos no son los que deben, Pablo da cierta gracia al tomar una decisión consciente de regocijarse en que al menos Cristo está siendo proclamado. Esto nos recuerda la prioridad de la predicación del Evangelio y del compañerismo del ministerio que se basa en la unidad bíblica, no en la uniformidad.
3. Filipenses ayudará a tu congregación a mirar a Cristo como el modelo supremo de servicio, que comienza como una actitud, pero da fruto en la unidad relacional
No es un accidente que el apóstol abra la carta describiendo a Timoteo y a sí mismo como siervos (1:1). El ministerio de Pablo no estaba bajo ataque, por lo que no tenía razón para afirmar su posición o autoridad apostólica como sucedió en otras cartas donde se vio forzado a hacerlo (por ejemplo, en 2 Corintios). Al contrario, él se dirige a ellos como hermanos siervos y compañeros en la obra del Evangelio. Él aprendió esta actitud de Cristo. En Filipenses 2, Pablo levanta la humildad del Señor Jesús para que todos la contemplen. Esta humildad provocó que el Hijo de Dios considerara nuestra necesidad de redención más importante que su deseo por aferrarse en todo momento a su justa gloria, incluso al punto de someterse a la forma más humillante de ejecución pública: la crucifixión (2:5-8). Al aplicar esto al creyente, Pablo expone cómo la humildad lleva a estimar a otros (2:1-4) y a resolver conflictos con prontitud (4:2-3), y así preservar la unidad en la iglesia. Puesto que la humildad del Salvador será recompensada un día por la magnificación de su gloria (2:9-10), cada creyente puede descansar seguro en que Dios está a cargo de exaltar a quienes se humillan a sí mismos.
4. Filipenses ayudará a tu congregación a entender que conocer a Cristo y buscar una vida centrada en Cristo producirá una fuente de sólido gozo
El gozo fluye de conocer a Cristo. Una y otra vez, Pablo deja este punto claro (1:18; 2:17; 3:1; 4:4, 10). Sin embargo, conocer a Cristo no es un mero cambio posicional que toma lugar en la conversión (3:8-9). Es dinámico, un movimiento progresivo hacia el objetivo que no se logrará hasta que veamos a Cristo en toda su gloria (3:10-11). Esto nos obliga a ejercitar nuestra propia salvación, aunque sabemos que es Dios quien finalmente nos santifica (2:12-13); nos obliga a llenar nuestras mentes con la verdad y a disciplinarnos en la oración (4:4-9). En Filipenses 3, el apóstol aborda el equilibrio bíblico entre el legalismo y el antinomismo, que es muy necesario hoy. Él advierte a los creyentes a tener cuidado con los judaizantes y da testimonio de su propia incapacidad   la Ley (3:1-6). No obstante, él también les advierte respecto a la zanja al otro lado del camino: la iniquidad (3:17-4:1). Él los llama a no vivir para la carne, sino que, al contrario, como ciudadanos del cielo. Esta perseverancia «hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús» enciende nuestro gozo, un gozo que dura lo suficiente para soportar el sufrimiento.
5. Filipenses ayudará a tu congregación a crecer en su deseo por participar en el misericordioso privilegio de la generosidad sacrificial
Otra razón para predicar Filipenses es ayudar a tu iglesia a ver la generosidad económica como un acto de gracia y un privilegio, no como un mero deber. Los filipenses se destacan por su testimonio como la única iglesia que «participó» con Pablo desde el comienzo de su ministerio (4:15). Para Pablo, los dones de los filipenses eran un «fragante aroma, sacrificio aceptable, agradable a Dios» (4:18). Sin embargo, lo que más alegraba su corazón era el fruto espiritual que aumentó su cuenta debido a su generosidad. Esta expresión de gracia generada por el Evangelio llevó a la exclamación de una de las promesas más conocidas de la Escritura: «Y mi Dios proveerá a todas su necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús» (4:19).

Conclusión

En Filipenses, el apóstol demuestra cómo la plenitud del gozo de un creyente está enraizada en su relación con Cristo, en el evento de la justificación y en el progreso de la santificación. Este gozo centrado en Cristo alimenta al creyente con fuerza en el hombre interior para perseverar a través de cualquier sufrimiento que el Señor ordene para su vida y su ministerio.

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Este recurso fue publicado originalmente en 9Marks.