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Cinco razones por las que debes predicar 1 Tesalonicenses
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Cinco razones por las que debes predicar 1 Tesalonicenses

El libro de 1 Tesalonicenses alienta a los creyentes en los acontecimientos comunes y corrientes de la vida cristiana. La carta de Pablo relata la obra de Dios en la manera en que el Evangelio es recibido; como resultado, inspira a la iglesia para soportar las pruebas de la persecución, a tener esperanza para el futuro y a aplicar la fidelidad diaria. Esos temas sin duda son muy aplicables para la iglesia en la actualidad. A continuación, comparto cinco razones específicas por las que debes predicar 1 Tesalonicenses.
1. Provocará una comprensión correcta sobre cómo descifrar la voluntad de Dios
Algunas de las preguntas que me hacen con más frecuencia como pastor es: «¿qué quiere Dios que yo haga?» y «¿cuál es la voluntad de Dios para mi vida?». Es importante para la vida cristiana la manera en que entendemos la relación entre la Biblia, la oración y la guía personal del Espíritu. Donde la Biblia habla claramente, debemos poner atención. No hay otro lugar donde la Escritura sea más clara sobre la voluntad de Dios para las personas que en 1 Tesalonicenses 4: «Porque esta es la voluntad de Dios: su santificación; es decir, que se abstengan de inmoralidad sexual» (4:3). La cuidadosa aplicación de esta verdad es muy importante para los cristianos. Este pasaje no solo da una enseñanza clara sobre el crecimiento, la santidad y el abandono del comportamiento pecaminoso, sino que también nos da un marco necesario para pensar detenidamente en nuestras preguntas sobre la guía y la voz de Dios. Si la santificación es la voluntad expresada de Dios para nosotros, entonces el marco principal por el cual exploramos preguntas como, «¿qué trabajo debo tomar?» o «¿qué casa debo comprar?» llega a ser más claro. Como resultado, los cristianos comienzan a experimentar tanto la libertad maravillosa y los límites útiles de la vida bajo la bandera de la voluntad expresada de Dios.
2. Te recordará a ti y a tu congregación la motivación y la disposición adecuada para el ministerio del Evangelio
El ejemplo de Pablo, le da a los obreros del Evangelio un enfoque del ministerio mientras contrastan mucha de la parafernalia común en la que se encuentran los ministros. Esta disposición de un obrero del Evangelio puede describirse como:
  • No agradándose a sí mismos al sacar provecho o buscando gloria, sino que deseando agradar a Dios (2:4-6).
  • No impositivos, sino que tierna y afectuosamente deseosos (2:6-7).
  • No perezosos, sino esforzados (2:9-10).
  • No cimentados en la palabra de hombres, sino que en la Palabra de Dios (2:13-14).
Si nosotros como pastores seguimos los pasos de Pablo, estableceremos las expectativas correctas en la iglesia y evitaremos muchos de los modelos de negocio contemporáneos de cómo debe ser un pastor/líder.
3. Te impulsará a centrarte en otros
Una de las expresiones más poderosas del libro se encuentra en el capítulo 2:19-20: «Porque ¿quién es nuestra esperanza o gozo o corona de gloria? ¿No lo son ustedes en la presencia de nuestro Señor Jesús en su venida? Pues ustedes son nuestra gloria y nuestro gozo». Esta es una expresión curiosa, pero mientras más piensas en las cosas de mayor valor, comienza a tener sentido. Cuando Jesús regrese, todos lo reconocerán en su pura, radiante, amorosa, justa y poderosa majestad. Haremos lo que sea que podamos para adorarlo, por esta razón, Pablo piensa para sí: «¿cómo podemos adorar? ¿Qué será más valioso para Él? ¿Qué le dará mayor gloria? ¿Qué lo complacerá más?».  Las personas. Aquellas creadas a la imagen de Dios; redimidas por la sangre del Salvador; que son lo más preciado para Él. Esto obliga al cristiano a dedicarse a otros por el bien de adorar a Jesús. Cuando Pablo dice que estas personas son su «gozo», nosotros somos persuadidos. Queremos amar a las personas así, pero también somos animados a invertir en el crecimiento espiritual de otros. Es verdaderamente una las dinámicas más emocionantes y que producen más alegría en esta vida. Sentimos esto cuando llevamos a alguien a Cristo. Experimentamos esto de una manera continua cuando discipulamos a otras personas. Un asiento en primera fila de la obra transformadora del Espíritu trae gran alegría.
4. Consolará a los afligidos
Cada cultura parece tener una plétora de ideas sobre lo que ocurre cuando una persona muere. Algunos no creen en la vida después de la muerte; otros creen en las diferentes versiones de la reencarnación. Parece que muchos hoy creen que una persona va a un «buen lugar», y luego su espíritu entra y sale del reino físico para ayudar a los vivos. En nuestra cultura combinada, tampoco es fuera de lo común escuchar teorías híbridas. La confusión sobre lo que ocurre después de la muerte agrava y prolonga el dolor de quienes han perdido a sus seres queridos. Es por eso que Pablo le enseña a los cristianos: «Pero no queremos, hermanos, que ignoren acerca de los que duermen, para que no se entristezcan como lo hacen los demás que no tienen esperanza» (4:13). Por tanto, podemos confortarnos «unos a otros con estas palabras» (4:18). El dolor del duelo puede ser profundo. Gracias a Dios por la claridad que ayuda al cristiano afligido a comprender lo que ocurre después.
5. Enfatizará la realidad de la Segunda Venida como una motivación para la obediencia
Es común para los cristianos luchar con la motivación para permanecer fieles. La batalla entre la carne y el espíritu es real y el encanto del mundo nos lleva hacia una apatía espiritual. Sin embargo, cuando recordamos el regreso inminente de Jesús, somos sacudidos de la apatía y llevados hacia la urgencia. Casi cada capítulo de 1 Tesalonicenses hace referencia a la segunda venida de Jesús como una motivación para la fidelidad. El capítulo 5 de 1 Tesalonicenses brinda una oportunidad para atacar nuestras ansiedades culturales sobre el fin del mundo que vendría por un holocausto nuclear o un cambio climático. Nos tranquiliza ante el fin mientras ofrece una clara advertencia a los no cristianos del inminente e inesperado Día del Señor. El aliento para los cristianos es que no debemos temer ese Día, porque los hijos de la luz deben estar «alerta y [ser] sobrios» y, por lo tanto, no debe sorprendernos.

Conclusión

Esta carta es inmensamente práctica y maravillosamente motivante. Pinta el cuadro de la grandeza de Dios y la gloria del Evangelio. Tu iglesia se beneficiará enormemente.  

Encuentra aquí la serie completa "Predicando toda la Biblia".

Este recurso fue publicado originalmente en 9Marks.
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¿Qué hacer con los que no están dispuestos o no pueden asistir a la iglesia cuando comencemos a reunirnos?
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¿Qué hacer con los que no están dispuestos o no pueden asistir a la iglesia cuando comencemos a reunirnos?

Las iglesias deberán considerar muchos asuntos complicados cuando decidan reunirse nuevamente durante la pandemia de la COVID-19. Asumimos que la gran mayoría de nuestros miembros están esperando con entusiasmo volver a reunirse. Sin embargo, habrá algunos que estarán menos ansiosos. Estas son cinco consideraciones para pastorear a aquellos que no pueden o no están dispuestos a asistir.
1. Identifica las circunstancias
Las razones por las que alguien, tal vez, no quiera asistir a las reuniones de la iglesia varían mucho y nuestra respuesta pastoral se dirigirá a esas razones. No estar dispuesto y no poder son diferentes categorías y cada una tiene sus razones. Por ejemplo, hay grandes diferencias entre alguien que tiene miedo de volver, alguien que es inmunodeprimido y alguien que simplemente quiere quedarse en casa y ver la transmisión en vivo porque es más cómodo. Identificar las razones centrales y las circunstancias de la persona será esencial para pastorear bien.
2. Exhorta desde la Escritura
Con aquellos que no están dispuestos a reunirse, encontramos una gran oportunidad para abrir la Escritura y explicar de forma cautivadora la verdadera naturaleza de la iglesia como un pueblo reunido y la razón por la que es tan importante reunirse físicamente. Promover una eclesiología bíblica se ve al recordar y enseñar interpersonalmente y puede ser maravillosamente animante para el cristiano.
3. Ten gracia y paciencia
Se requiere tiempo para que las conversaciones se asimilen a medida que la Palabra hace su obra y el Espíritu guía y convence. La gracia y la paciencia ayudan a aquellos que podrían ser ovejas más débiles. Esta es una manera en que podemos mostrar amor por nuestros hermanos y hermanas (1Co 13:4) y modelar la obra de Dios, quien ha sido tan paciente con nosotros (Col 3:13; 2P 3:9).
4. No te des por vencido con ellos
En el frenesí de actividades que rodean una reapertura, podría ser fácil olvidar a las ovejas que se han alejado. Sin embargo, parte de nuestro deber pastoral es cuidar de las personas de una manera continua. Si una persona no está dispuesta a volver, asignar a un anciano para que se contacte regularmente con ella a fin de animarla podría ser útil. Si una persona no puede reunirse debido a razones de salud u otras circunstancias, podemos cuidarlos como lo hacemos con aquellos que están encerrados y podemos encontrar maneras para seguir sirviéndoles. Si una iglesia está transmitiendo en vivo el servicio del domingo durante la pandemia, sería útil seguir haciéndolo durante el periodo de transición hasta que las restricciones se levanten y el riesgo haya disminuido. Algunas congregaciones están designando algunas salas específicas de sus edificios para que aquellos que puedan correr peligro puedan reunirse de alguna manera. En cualquier caso, el cuidado y el aliento continuo es necesario tanto para quien no está dispuesto como para quien no puede reunirse.
5. Disciplina si es necesario
Si una persona ha profesado a Cristo y se ha comprometido con la membresía de la iglesia, pero incluso después de que la crisis de la COVID-19 haya terminado decide no regresar a la adoración comunitaria por razones que los ancianos identifican como pecaminosas, entonces la iglesia no tendrá otra opción que ejercer disciplina por la decisión de esa persona de vivir en el continuo pecado de abandonar la asamblea (Heb 10:24-25). Esto asume que no han comenzado a participar de otra iglesia que predica el Evangelio. Por supuesto, los ancianos y la congregación necesitan ejercitar la paciencia aquí, incluso a medida que seguimos advirtiendo, reprendiendo y finalmente disciplinando a quienes se rehúsan a reunirse con el pueblo de Dios. Reunirse nuevamente será un gran gozo para muchos y un desafío único para algunos. Asegurémonos de que nadie se quede atrás.
Este recurso fue publicado originalmente en 9Marks.