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Hablemos bíblicamente de sexualidad con nuestros hijos
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Hablemos bíblicamente de sexualidad con nuestros hijos

Reconozcámoslo: es difícil hablar temas de sexualidad con nuestros hijos. Para empezar, lo delicado del asunto nos pone nerviosos al abordarlo. Cuando el tema surge, solemos quedarnos en blanco y sin palabras, y cuando éstas salen, habitualmente decimos cosas indebidas o las decimos de mala manera. Pareciera una causa perdida. Es por esto que muchos padres optan por un acercamiento aun peor: el silencio. Sin embargo, el tiro siempre saldrá por la culata ya que el silencio de los padres sólo acentuará la curiosidad del niño haciéndolo buscar respuestas donde no debe. Nuestros hijos no necesitarán buscar mucho porque resulta que los amigos, los libros, las revistas, y por supuesto, Internet, estarán más que dispuestos a «apadrinarlos» en cualquier cosa que deseen saber sobre sexualidad. La verdad es que no podemos darnos el lujo de evitar el tema de la sexualidad frente a nuestros hijos —lo que está en juego es simplemente demasiado grande—. Dios ha dado a los padres la responsabilidad de criar a sus hijos en la disciplina e instrucción del Señor (Efesios 6:4). Esto incluye reconocer que son seres sexuales y educarlos en lo que significa madurar sexualmente como Dios lo estableció. Las recientes leyes de matrimonio homosexual dan a los padres otra oportunidad de hablar claramente sobre el propósito de Dios para la sexualidad. Pero ¿cómo procederemos sin parecer tontos? A continuación hay cuatro sugerencias prácticas.
1. Sé natural
Calma tus nervios planificando lo que dirás. Luego dedica un tiempo a orar por lo que has planificado. No sientas vergüenza de escribir algunos apuntes que te mantengan enfocado. Mientras más seguridad adquieras, y reduzcas tu incomodidad, tu estrés, y seas tú mismo, más probable será que te comuniques clara y amorosamente con muy poca interferencia emocional —o ninguna—.
2. Sé inquisitivo
Evita un estilo de comunicación tipo «reunión familiar» en que digas: «Juanito, tengo algo muy importante que hablar contigo…». En lugar de eso, usa el tiempo de adoración familiar regular o simplemente la sobremesa. Empieza haciendo preguntas bíblicas básicas sobre relaciones, amor, y matrimonio. A medida que la conversación se desarrolle siguiendo las respuestas de los niños, dirige el diálogo a los temas importantes de la sexualidad y enséñales cómo el propósito de Dios para los hombres, las mujeres y el matrimonio contrasta con la forma en que el mundo los redefine.
3. Adecúate a su edad y sé honesto
Puesto que las relaciones y «matrimonios» homosexuales se extenderán cada vez más, te animaría a comenzar lo antes posible. Los niños de cuatro, cinco y seis años son muy observadores. Captan mucho más de lo que nos damos cuenta. Ya es tiempo de empezar a hablar con ellos de género, amor, matrimonio, y familia. Si tu hijo está en la secundaria, es importante que discutan las realidades del estilo de vida homosexual con franqueza. A medida que dejen atrás la educación primaria, busca y esfuérzate por encontrar maneras de involucrarte en lo que respecta a su sexualidad. Si tuvieren preguntas y dudas, no las veas como una amenaza. Sé un instrumento de Dios y confía en que su Espíritu confirme la verdad de la Palabra de Dios en sus corazones a medida que maduren.
4. Sé bíblico
Deja que la Escritura te guíe. En caso de que necesites ayuda para comenzar, podrías seguir un sencillo bosquejo como el siguiente:
  • Comienza hablando del relato de la creación en Génesis 1-2 y de cómo Dios nos creó hombre y mujer a su imagen. Enfatiza que el género, el matrimonio y los roles singulares de los hombres y las mujeres fueron parte del propósito sabio y glorioso que Dios tuvo desde el comienzo.
  • Habla de la caída en Génesis 3 y de cómo todo lo que Dios creó bueno —incluyendo el matrimonio y la sexualidad— ha sido afectado por la caída. A modo de ayuda para ilustrar este hecho, usa una historia bíblica como la de la infidelidad de Noé o el adulterio del Rey David.  Si es apropiado (recuerda el punto 3), di específicamente cómo el mundo ha torcido recientemente la definición del matrimonio y cómo la conducta homosexual es pecado y no está de acuerdo con el buen propósito de Dios. Ve a Génesis 19:1-13, Romanos 1:26-27 o 1 Corintios 6:9 para mostrar la claridad de la Palabra de Dios al respecto.
  • A continuación, habla de cómo Dios está actualmente trabajando para redimir y restaurar al mundo, incluyendo el matrimonio y la sexualidad, mediante el poder del evangelio. Usando Efesios 5:15-33, muestra cómo Dios usa el amor entre un hombre y una mujer casados como una de las principales ilustraciones de su amor por la iglesia.
  • En este punto, sería sabio preparar a tus hijos para las inevitables luchas sexuales que enfrentarán. Hazles saber que el pecado sexual es algo que todos enfrentamos de diversas maneras y en distintos grados a lo largo de nuestra vida. Es por esto que, cuando caemos, debemos confesar fielmente nuestro pecado, y aferrándonos a la gracia y el perdón de Dios, apartarnos de dicho pecado procurando alcanzar una renovada obediencia a los mandamientos de Dios todos y cada uno de nuestros días.
  • Termina con Apocalipsis 21 y nuestra esperanza segura de que, no importando cuánto se tuerzan el matrimonio y la sexualidad en nuestro tiempo, cuando Jesucristo regrese seremos libres del pecado sexual, y perfectos en santidad como una hermosa Novia lista para su Novio, el Señor Jesucristo.

Que estas simples sugerencias fortalezcan tu conocimiento y valor al esforzarte por criar hijos que amen, atesoren y sigan la verdad de la Palabra de Dios en el matrimonio y la sexualidad.

Este artículo fue originalmente publicado por Ligonier Ministries en esta dirección. | Traducción: Cristian Morán