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Cómo escoger tradiciones navideñas útiles
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Cómo escoger tradiciones navideñas útiles

Había un par de cosas que no eran agradables de ir a mi comunidad local a cantar villancicos cada año cuando era niño. Por ejemplo, estar de pie en la oscuridad, siendo comido vivo por aproximadamente mil millones de mosquitos, mientras sostenía una enorme vela atascada en un pedazo de papel debido a la cera caliente que cayó y se filtró hasta mi pierna. Combina eso con cantar canciones realmente raras sobre renos y una blanca Navidad [en Australia es verano en esa época del año] y como resultado obtienes algo a lo que normalmente no le llamarías «disfrutable». Sin embargo, nos encantaba ese tiempo, al igual que ahora, porque amamos las tradiciones navideñas. Quizás sorpresivamente, incluso el ateo más ruidoso ama sus tradiciones navideñas. Richard Dawkins, un ateo muy famoso, dijo: «me gusta cantar villancicos junto a todos los demás. No soy una persona que quiere quitarle a nuestra sociedad su historia cristiana». Dawkin expresa que nuestras celebraciones navideñas tradicionales se han convertido para muchas personas de nuestra sociedad en algo disfrutable, pero son tradiciones que carecen de sentido. Por lo tanto, como seguidores del Señor Jesús, ¿cómo debemos abordar nuestras tradiciones navideñas? Creo que necesitamos reconocer que algunas de las tradiciones navideñas, genuinamente, sólo son inútiles. Por ejemplo, el mensaje secular de Papá Noel trata de que si te portas bien, entonces, serás recompensado, mientras que la Biblia enseña que la salvación es por gracia, no por obras. No queremos que el mensaje de Navidad sea confundido con uno en el que debas merecer a Jesús. No obstante, ¿qué pasa con las tradiciones menos evidentes? Árboles de Navidad, regalos de Navidad, pudín de Navidad. ¿Cómo deberíamos pensar sobre estas cosas? El apóstol Pablo da un argumento muy significativo en 1 Corintios 8. Él escribe que, aunque comer carne ofrecida a los ídolos no está mal en sí mismo, puede ser problemático si afecta negativamente a los demás. Específicamente, la situación descrita en este pasaje involucra a un hermano creyente que te ve comiendo lo que cree que es incorrecto comer. Debido a ti, se sienten obligados a comer también, aunque va en contra de su conciencia. En ese ejemplo, no sólo ellos pecaron, ¡sino que tú también! Ahora, lo que esto quiere decir es que, como cristianos, no deberíamos sólo seguir la corriente cuando se trata de las tradiciones navideñas. Debido a que otros verán cómo celebramos el nacimiento de Jesús, debemos olvidarnos de lo que siempre hemos hecho y pensar de nuevo sobre la manera más apropiada de celebrar el nacimiento de Jesús. Permíteme hacer dos sugerencias: En primer lugar, necesitamos asegurarnos de que estamos celebrando a Jesús. Es un punto obvio, pero en estos días la Navidad puede tratarse de celebrar muchas otras cosas. La familia, la hermosa comida y bebida, la alegría de dar y recibir. Ahora, no estoy diciendo que como cristianos no debemos disfrutar estas cosas, pero ellas no pueden ser el centro de nuestras festividades. Solo deben servir a nuestra única gran celebración, que es Jesús. En segundo lugar, necesitamos asegurarnos de que la manera en que celebramos Navidad refleje la naturaleza del don increíble de Dios a aquellos que simplemente no lo merecen. Demasiado a menudo en nuestro mundo actual, las celebraciones de Navidad están llenas de obligaciones y reciprocidad: «sé que ella me dará un regalo, así que es mejor que le dé uno de un valor similar. Mientras que ese otro tipo, no me dará un regalo, así que para qué molestarme con él». Y así sucesivamente. Celebrar la Navidad así, en realidad, habla en contra de lo que Dios ha hecho por nosotros. En Jesús, Dios nos dio un regalo. No lo merecíamos y no pudimos ganarlo por nuestros propios méritos. Es un regalo que nunca podremos retribuir. Todo lo que podemos hacer es simplemente aceptar agradecidamente el regalo de un Salvador Por lo tanto, ¿cómo debemos celebrar este regalo? ¿Deberíamos reunirnos, solo con nuestros amigos y familiares y darnos regalos entre nosotros? ¿O sería mejor también incluir un elemento externo? ¿Deberíamos buscar a aquellos de nuestra comunidad que no tienen con quién pasar la Navidad? ¿Deberíamos mostrar el amor y la bondad de Dios a aquellos que no nos retribuirán? ¿Cómo podrías incluir algún elemento como este en tus tradiciones navideñas? Permíteme compartir sólo un ejemplo que he intentado con mis hijos pequeños. Mi esposa y yo llevamos a nuestros hijos a las grandes tiendas. Les damos un presupuesto razonable y les decimos que escojan el mejor regalo que puedan encontrar. Pero también les decimos que ese regalo no es para ellos; es para un niño de otro país que no conocemos, pero que nunca podrá costear tal regalo. Pero ¿por qué haríamos eso?, preguntaban. Para recordarnos que, en el primer día de Navidad, Dios nos dio un regalo en Jesús que nunca podremos pagarle. Pero al dar este ejemplo, déjame reconocer que no tengo respuestas fáciles y no existe una manera correcta de celebrar el nacimiento de Jesús con otros. Tomará mucha reflexión para encontrar algo correcto para tu situación y tu comunidad. No obstante, esto es lo que debemos estar haciendo en cada faceta de nuestras vidas: buscar ver cómo podemos servir mejor a Cristo. La Navidad es un tiempo de tradiciones. Necesitamos descubrir qué tradiciones nos ayudarán a celebrar el nacimiento de Jesús de una manera que claramente comunique su valor para nosotros y para quienes nos rodean.
Reproducido de GoThereFor, publicado por Matthias Media. Propiedad literaria. Todos los derechos reservados. Usado con permiso. | Traducción: María José Ojeda