volver
Mack Stiles vive en el Medio Oriente con su esposa Leeann, donde sirve como pastor de una iglesia internacional.

Cuatro razones por las que debes predicar 1 Corintios

Cuatro razones por las que debes predicar 1 Corintios
Llegamos al capítulo 5 que habla sobre la disciplina de la iglesia en mi serie expositiva de 1 Corintios. Es un pasaje duro para una iglesia joven en Irak; una iglesia con cero historia de práctica de la disciplina de la iglesia a pesar de las numerosas oportunidades apropiadas.
Sentí aprensión por cómo la congregación recepcionaría el sermón.
Luego, como para complicar más las cosas, un par de minutos después de haber comenzado el sermón, se cortó la electricidad (un hecho frecuente en Irak). Alcé mi voz para sobreponer la pérdida del micrófono y un anciano me facilitó la linterna de su teléfono móvil para que pudiera ver mis notas; sin embargo, estaba hablándole a una oscuridad abismal.
«El generador de apoyo comenzará a funcionar pronto», pensé.
Sin yo saberlo, el vigilante se había ido de viaje a Turquía esa semana y se llevó la llave de la jaula de seguridad que evitaba que robaran el generador. Lamentablemente, esto también evitó que nuestros desesperados diáconos pudieran prenderlo.
Continué predicando por 50 minutos, en la oscuridad, sin tener idea si la congregación estaba despierta.
En ocasiones, dirigía la linterna a mi rostro y decía: «iglesia, quiero que escuchen esto», (teniendo el efecto, esperaba yo, de lo que había visto al momento de contar historias espeluznantes alrededor de la fogata en los Boy Scouts).
Cuando iba llegando a la conclusión, se prendieron las luces. Todos estaban pestañeando y con los ojos bien abiertos; capturados por el texto, de hecho. También estaban profundamente comprometidos con la necesidad de disciplina en la iglesia.
Y, en ese momento, una vez más, Dios me impresionó con la importancia de predicar sistemáticamente los libros de la Biblia.