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Cuatro razones por las que debes predicar Sofonías
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Cuatro razones por las que debes predicar Sofonías

Podemos alegrarnos grandemente en el Dios que se alegra en nosotros. Arrimado en una parte poco leída del Antiguo Testamento, el libro de Sofonías llama al pueblo de Dios a una esperanza implacable en el Dios de justicia y gozo.

Si predicas Sofonías a tu congregación, ¿qué escucharán?
1. Escucharán sobre el día del Señor
A lo largo de los Profetas Menores, Dios advierte de un juicio venidero. En momentos, esta advertencia se enfoca en los contemporáneos del profeta. Pero en bastantes instancias va mucho más allá. Sofonías habla de un día que vendrá sobre toda la tierra, incluso deconstruyendo el mismísimo orden de la creación (1:2). El día del Señor vendrá sobre la humanidad (1:17) para humillar su orgullo. Para el malvado, ese día será uno de ira, de aflicción, de ruina y de devastación (1:15) porque han pecado contra el Dios de la creación. Sin embargo, para su pueblo, el día del Señor trae restauración. Las naciones de la tierra servirán y adorarán al Señor Dios (3:9-10). El orgulloso y rebelde será removido para dejar un pueblo humilde, santo y confiado en Él (3:11-13). Ya no conocerán el castigo de Dios, puesto que Él removerá su pecado y sus deudas (3:14-15). El día del Señor, entonces, promete tanto justicia santa para los enemigos de Dios como gozo lleno de esperanza en la salvación para su pueblo. Cada uno de estos elementos nos impulsa a predicar su cumplimiento en Cristo. Lo que Sofonías (y otros profetas) advirtió aún se avecina en el horizonte de la historia. Pablo enseñó que el día del Señor vendrá como un ladrón en la noche y como dolores de parto de una madre que está embarazada (1Ts 5:2-3). Será la venganza de Dios, el castigo, la destrucción y el destierro de la gloriosa presencia del Señor (2Ts 1:8-9). Según Pedro, el día del Señor traerá la disolución del orden creado, tal como lo proclamaron las palabras de Sofonías (2P 3:10-13). Sin embargo, el día del Señor es un día de justicia y alegría. Libera la ira de Dios y lleva su compasión. Cuando Pablo advirtió que el día del Señor vendría como un ladrón, ya había hablado sobre aquellos que están en Cristo siendo reunidos por Él cuando venga en las nubes (1Ts 4:13-18). El retorno del Rey, que castiga a quienes lo rechazan, también confronta a quienes lo aceptan (2Ts 1:5-10). Y aunque el mundo entero conocerá el poder Dios a medida que deshaga los fundamentos de la tierra, también su pueblo verá su promesa de volver a crear el cielo y la tierra como el hogar de justicia (2P 3:13). Predicar Sofonías significa predicar el día del Señor. Predicar el día del Señor asegura que advertiremos a los pecadores y consolaremos a los santos en vista del regreso de Cristo.
2. Escucharán sobre la presencia de Dios
Predicar Sofonías expondrá la culminación de uno de los grandes temas de la Biblia: los seres humanos ante la presencia de Dios. Desde el principio, sus portadores de imagen disfrutaron de la comunión con Dios. Él estaba en medio de ellos hasta que el pecado disolvió la comunidad y la proximidad. Sin embargo, la gracia de Dios superó su pecado. Él llamó a la línea de Abraham y entró a un pacto prometiendo una vez más habitar entre ellos. Él les ordenó construir un Tabernáculo (después un templo) donde su gloria habitaría (Ex 40; 1R 8). No obstante la presencia de Dios nuevamente dependería de la obediencia de su pueblo (Lv 26:3-12). Después de generaciones de rebelión, Ezequiel registró una visión de la presencia del Señor saliendo de la misma estructura construida para exhibirla (Ez 10). Sin embargo, nuevamente, la gracia de Dios superó la rebelión. Como nos cuenta el apóstol Juan: su Hijo vino a «habitar» (literalmente, «hacer tabernáculo») entre nosotros (Jn 1:14). Después de la resurrección, Dios aún otorgaba su presencia al dar su Espíritu Santo como un anticipo del futuro disfrute de la comunidad. La iglesia ahora puede llevar la etiqueta de templo santo, no por un pilar visible de fuego y humo, sino que por la presencia invisible del Espíritu de Cristo (Ef 2:21-22). Esta experiencia limitada de su presencia entre nosotros un día dará paso al disfrute pleno y sin restricciones de Dios. Después del gran día del Señor y de la recreación de los cielos y la tierra, Dios habitará entre su pueblo (Ap 21:3) y lo contemplarán por todo lo que Él es (1Jn 3:2; Ap 22:4). ¿Qué tiene que ver esto con Sofonías? Simple. La imagen de Sofonías de restauración pone a Dios al centro de la celebración. Debemos ver esto como el gozo mayor de ser restaurado. Mucho más que todas las otras bendiciones de Dios, nos regocijaremos en que en ese día: «El Rey de Israel, el Señor, está en medio de ti» (Sof 3:15).
3. Escucharán a Dios cantar
Siempre debemos contarle a nuestra congregación sobre el amor de Dios por ellos. Debemos recordarles que en amor Él los predestinó para adopción (Ef 1:5) y les dio el honor de ser llamados sus hijos (1Jn 3:1). Debemos predicar que Dios los amó tanto, que entregó a su Hijo (Jn 3:16). Debemos enseñarles que le debemos la nueva vida en Cristo al misericordioso amor de Dios (Ef 2:4). Sin embargo, también debemos mostrarles el corazón de Dios que hizo que todo sucediera. Sofonías nos permite hacer esto. Cerca del final de su palabra profética, Sofonías pinta una imagen de Dios regocijándose en sus redimidos (3:17). No solo los acepta, los restaura y los perdona, también se goza en ellos. Tan abrumador es el amor y el gozo de Dios en su pueblo que Él se regocija en ellos con «cantos de júbilo» (3:17). En otras palabras, el último día estará caracterizado, no solo por la celebración del pueblo en su Dios, sino que por la celebración de Dios en su pueblo. Cuando predicas Sofonías, tu congregación podría no saber que su nombre (representando el mensaje de Dios) significa «tesoro de Dios». Sin embargo, si lo predicas fielmente, ellos lo escucharán en las palabras de Dios. Y cuando vayan a su presencia ese día, lo escucharán en su canción.
4. Escucharán la historia del Evangelio
Sofonías le permite al predicador, de principio a fin, seguir la historia de redención. Las personas llamadas a pertenecer a Dios han caído en grave pecado. La justicia de Dios exige que Él lidie con el mal. Y sin embargo, su gracia promete la eliminación del pecado y un tiempo de restauración, gozo y comunidad con el Señor. No podemos comprender nada de ellos lejos de la obra de Cristo. Debes predicar Sofonías por muchas razones. Sin embargo, la mayor razón es que te obligará en cada paso a predicar a Cristo: crucificado, resucitado y retornando.  

Encuentra aquí la serie completa "Predicando toda la Biblia".

Este recurso fue publicado originalmente en 9Marks. | Traducción: María José Ojeda