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Anda a trabajar con propósito
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Anda a trabajar con propósito

Una persona promedio pasa alrededor de 70.000 horas en el trabajo. El trabajo es una parte importante de la vida de una persona y, sin embargo, muchos se encuentran a sí mismos con falta de gozo y propósito en él. Nos agotamos por los desafíos y la monotonía del trabajo. Sentimos que aprecian poco lo que hacemos. Escuchamos a personas alardear sobre cosas como las vacaciones o la jubilación, o hablan sobre el valor y la satisfacción del ministerio y las misiones. Todo esto puede dejarnos sentados en nuestro escritorio preguntándonos si lo que hacemos ahí importa del todo. Afortunadamente, la Biblia no nos deja solos en la oscuridad con esa pregunta. De hecho, la responde en la primera página. Permite que Génesis 1 refresque tu perspectiva sobre tu vocación y el máximo aprovechamiento del tiempo.

Propósito

Dios creó personas para ejercer dominio. No fueron creadas para vacacionar, comprar o jugar videojuegos todo el día. Las personas fueron creadas para trabajar. Mucha de la confusión respecto al trabajo existe por la confusión sobre la razón para la cual fuimos creados para ser y hacer. Dios se asegura de que entendamos que el trabajo es un componente vital de quienes somos. Cuando era joven, pensé que la vida se trataba de divertirse y hacer lo menos posible. Esto provocó que tuviera problemas en la escuela y en la vida. El trabajo siempre pareció como una opción de vida de segunda clase, pero después de convertirme en cristiano en la universidad y de leer la Biblia, fue increíblemente útil ver que Dios nos creó para hacer algo en la vida, para administrar, contribuir y producir. Cuando nos encontramos en el trabajo, ya sea de 9:00 a 18:00 o en turno de noche, en una oficina o en la casa, no debemos pensar que perdimos nuestro propósito. En realidad, ¡estamos haciendo aquello para lo que Dios nos creó!

Privilegio

Escuchar que las personas fueron creadas para trabajar podría hacer que la vida tenga sentido, pero no necesariamente te llene de emoción. La palabra «dominio» es usada en Génesis 1:26-28 y a menudo evoca pensamientos de reyes y reinos. Eso es exactamente lo que debemos pensar. Dios da una porción de su creación a personas para que la gobiernen. Deben trabajar duro para cuidar lo que se les ha confiado. Es una responsabilidad increíble cuidar y administrar la creación de Dios. El salmista estaba asombrado de que Dios le confiara bueyes y ovejas (Sal 8:6-8). Eso es desconcertante para la mayoría de nosotros. Nos escondemos ante el olor de un zoológico de mascotas. Sin embargo, el salmista sabía que estas cosas le pertenecían a Dios y él debía administrarlas. Así también nuestros trabajos nos presentan oportunidades para tener dominio sobre lo que Dios ha creado. Reinamos sobre cosas que le pertenecen a Dios. Por tanto, llama a esa silla giratoria tu trono y a esas cuentas tu reino. Ellas le pertenecen a Dios y él te las ha dado por un tiempo. A veces, dudamos con decirles a otros que están reinando como reyes porque no queremos que se les suban los humos a la cabeza y comiencen un viaje de poder. Génesis 1 muestra el increíble privilegio del trabajo y del dominio, pero también muestra su gran responsabilidad. Dios no nos da un poder en carta blanca. Él califica cómo debemos realizar el trabajo. Debemos ejercer dominio y hacerlo como portadores de su imagen. Debemos reflejar quién es y lo que él hace, su poder y su dominio.

Buenas obras

Entonces, ¿cómo se ve reflejar a Dios? Veinticinco versículos preceden al mandamiento del dominio en Génesis 1:26. Las personas son creadas a la imagen de Dios, y si no fuera por esos veinticinco versículos, probablemente las personas se habrían frustrado por el significado del mandamiento. En ellos, el Dios Todopoderosos, el único que no necesita trabajar y que no está bajo ninguna obligación de trabajar, hace todo lo que nosotros no haríamos si estuviéramos en su posición: ¡él trabaja! Él crea al mundo. En Génesis 1:2, vemos que el mundo es oscuro, que no tiene forma y está vacío. Entonces, Dios trae luz, vida y orden. Él llena al mundo de bondad. Su dominio bendice al mundo y al hacer esto él le está dando a las personas un ejemplo a seguir y reflejar. Tu trabajo es una oportunidad para reflejar  a Dios al llevar bondad, orden, luz y vida a otros. Noten que la obra de Dios en la creación no parece un trabajo pesado en lo absoluto. «Dios vio todo lo que había hecho; y era bueno en gran manera» (Gn 1:31). Como dice Leland Ryken: «se parece más a la exuberancia de un artista. Es alegre, autoexpresiva y enérgica». Cuando vemos el propósito de Dios y captamos su diseño, entonces nuestra actitud sobre nuestro propio trabajo reflejará la suya. ¡Tu trabajo puede ser un gozo!

Bendición

Dios capacita a su pueblo para hacer lo que él ordena. Después de crearlos para ejercer dominio (Gn 1:26), él los bendice para hacerlo (v. 28). Un aspecto de esta bendición es la diversidad de los dones que las personas tienen. Un sinfín de profesiones se mencionan más adelante en la Biblia. Esto nos ayuda a ver muchas formas en las que Dios bendice a personas para trabajar y expandir bondad. Imaginen nuestro mundo si alguien tuviera el mismo don. ¿Qué pasaría si todos fuéramos atletas profesionales o si todos fuéramos contadores? ¡Cuán empobrecido sería el mundo sin grandes cocineros, cantantes, gerentes, escritores, profesores, agentes inmobiliarios, contratistas y electricistas! La bendición de Dios capacita a personas para entrar en todas las partes sin forma y vacías de la vida y llevar bendición a ella. Esta bondad debe ser celebrada por todos, y cuando lo hacemos comenzamos a ver el verdadero gozo en el trabajo, glorificando a Dios y sirviendo a otros. Debemos detenernos, disfrutar y celebrar las diferentes y únicas bendiciones que otros nos traen por medio de su trabajo.

Esperanza

Dios está haciendo el bien y está llevando luz al mundo en Génesis 1, y esa luz llega a una plenitud mayor más adelante en Jesucristo. Muchos que se sientan en la oscuridad buscando dirección y motivación en el trabajo también carecen de esperanza de cualquier cosa mejor en el futuro. Recordamos a Jesucristo, el hombre perfecto y la verdadera luz de Dios, que ejerció perfecto dominio sobre el mundo, triunfando sobre la oscuridad, la muerte y el pecado.  Él da propósito y esperanza en todo lo que hacemos. Tu trabajo, incluso las partes difíciles, son una oportunidad para vivir a la luz de la obra salvadora de Dios, y esa es una provisión inagotable de esperanza, valentía, fortaleza, resistencia y propósito. Dios tiene buenos propósitos para nuestro trabajo y, cuando lo vemos a él, nos ayuda a ver que nuestro trabajo realmente importa. No es un aspecto de segunda clase de la vida. Es una parte significativa de la razón por la que él nos creó.
Keith Welton © 2015 Desiring God. Publicado originalmente en esta dirección. Usado con permiso. | Traducción: María José Ojeda