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Ámense los unos a los otros
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Ámense los unos a los otros

Muchas parejas recitan estos votos pero malentienden profundamente lo que significan y a menudo se desilusionan en forma lamentable. ¿Qué significa amar a alguien de verdad? Primera de Juan 3:16 ilustra claramente el significado del amor: «En esto conocemos el amor: en que Él puso su vida por nosotros. También nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos». Cristo nos amó tanto que sacrificó su propia vida para que pudiéramos vivir eternamente. Aunque quizás nuestro amor por los demás no exija un acto tan extremo, debemos tomar a Cristo como nuestro ejemplo; su amor fue desinteresado y exigió un sacrificio diario.

ÁMENSE UNOS A OTROS

Mi marido y yo celebramos hace poco nuestro segundo aniversario de bodas. En los cinco años que lo he conocido, hemos aprendido —y seguiremos aprendiendo— muchísimo acerca del amor. Mi marido entiende el amor de una forma tan seria que esperó hasta proponerme matrimonio para confesarme su amor. Fue un día que nunca olvidaré, y fue aun más especial porque reservó esas palabras sólo para mí. Hace dos años prometimos amarnos el uno al otro mientras vivamos. Muchas parejas recitan estos votos pero malentienden profundamente lo que significan y a menudo se desilusionan en forma lamentable. ¿Qué significa amar a alguien de verdad? Primera de Juan 3:16 ilustra claramente el significado del amor: «En esto conocemos el amor: en que Él puso su vida por nosotros. También nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos». Cristo nos amó tanto que sacrificó su propia vida para que pudiéramos vivir eternamente. Aunque quizás nuestro amor por los demás no exija un acto tan extremo, debemos tomar a Cristo como nuestro ejemplo; su amor fue desinteresado y exigió un sacrificio diario. Primera de Juan 3:17 declara: «Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él?». Muchas veces nos encontramos demasiado ocupados como para molestarnos en atender a los necesitados —sea para un favor pequeño o una tarea grande—. La próxima vez que sientas el llamado de los necesitados, comprométete a mostrar el amor de Cristo. Puedes comprometerte a orar, a pasar tiempo con ellos, o a preparar comida para alguien. Lo que sea que hagas, no les cierres tu corazón. El mundo nos dice que el amor es un sentimiento; algo que viene y se va. Muchos matrimonios han terminado porque las parejas afirman que «ya no están enamoradas». Como cristianos, sabemos que esto no puede ser. Aunque quizás no vivamos en una permanente actitud de amar, debemos comprometernos a hacerlo pese a la falta de sentimientos o emociones que todos experimentamos en un momento u otro. El amor es una acción, no una emoción o un sentimiento. «Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad» (1 Juan 3:18). Esto se aplica no sólo en las relaciones matrimoniales, sino con nuestras familias extendidas, nuestros amigos, y el cuerpo de la iglesia. Decir con tus labios que amas no es suficiente; debemos mostrar el amor por medio de nuestras acciones. Procuremos seguir siempre el ejemplo de Cristo expresando nuestro amor por los demás a través de nuestros actos desinteresados y sacrificiales.
Este artículo fue originalmente publicado por Ligonier Ministries en esta dirección.