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Photo of Pastor, apunta a predicar sermones sencillos
Pastor, apunta a predicar sermones sencillos
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Pastor, apunta a predicar sermones sencillos

No hace mucho tiempo, un colega pastor recomendó Sencillez en la predicación de J.C. Ryle. No puedo exagerar el beneficio práctico que el ensayo de Ryle tuvo en mi predicación y en mi congregación. De hecho, tengo una cita de Ryle como protector de pantalla en el monitor de mi computadora de escritorio: «Si no somos sencillos en nuestros sermones, nunca se nos entenderá, y si no se nos entiende, nunca podremos hacer bien a aquellos que nos oyen». En cuanto a la cantidad de tiempo que los predicadores pasan en el estudio crítico del texto, ¿cuánta atención le dan a lograr que su predicación sea sencilla? He llegado a creer que la predicación fiel está marcada por la sencillez. Una predicación simple sirve mejor a otros al comunicar el punto central del pasaje de una manera clara y centrada en Cristo.

Expone el punto central del pasaje

El difunto Dr. Haddon Robinson exhortó repetidamente, «un sermón debiera ser una bala, no un perdigón». En lugar de rociarle a la congregación cada idea de un pasaje, un sermón debe contener una «gran» idea de una manera simple, clara y concisa. En otras palabras, el punto principal del pasaje debe ser el punto principal del mensaje. Nuestra iglesia fue bendecida recientemente con un predicador invitado que modeló bien esto. Su sermón era sobre 1 Reyes 18 donde Elías confrontó a Acab y a los profetas de Baal en presencia del pueblo pecador de Israel. En lugar de un «perdigón», él le disparó esta sola bala a nuestra iglesia: «existe un solo Dios verdadero. Debes seguir al Señor y abandonar tus ídolos, porque tus ídolos te fallarán». Pastor, ¿puedes resumir cada sermón en una oración (o, si prefieres, en un «tuit»)? Si no puedes, entonces quizás aún no has entendido el texto que estás predicando. Y si hay una neblina en el púlpito, puedes estar seguro de que habrá niebla en las bancas de la iglesia. Nuevamente, Ryle nos dice:
Asegúrate, pues, cuando hayas elegido el texto, de haberlo entendido y de que te haya quedado claro, de que sabes exactamente qué es lo que quieres demostrar, lo que quieres enseñar, lo que quieres dejar claro y lo que quieres que permanezca en la mente de quienes te escuchen. Si tú mismo partes de la bruma… dejarás a los demás en las tinieblas.
La predicación simple que es útil para las almas comienza al exponer clara y concisamente el punto del pasaje.

Emplea un lenguaje simple

Adicionalmente a la exposición de la idea central de un pasaje, el predicador debe trabajar para explicarla y aplicarla claramente a su propio contexto y congregación en un lenguaje que ellos puedan entender. ¿Cómo se vería esto prácticamente? En primer lugar, evita usar palabras de «diccionario». Haz el duro trabajo de traducir el lenguaje académico de tu estudio al lenguaje común de tu congregación. En las raras instancias que un pasaje exija usar tales palabras (por ejemplo, «propiciación» en 1 Juan 2), tómate un tiempo para definirlas lenta y simplemente. En términos generales, sin embargo, conscientemente debes usar palabras que puedan ser entendidas en el momento en que son escuchadas. En segundo lugar, evita las oraciones complejas. Cuando sea posible, limita el uso de comas y elimina los dos puntos, los punto y coma y los guiones largos. J.C. Ryle exhortó vívidamente, «procura escribir como si fueras asmático o te quedases pronto sin aliento». Las oraciones cortas y los puntos finales le permitirán a tu congregación seguir tu sermón cuidadosamente. En tercer lugar, mata tu orgullo. Resiste el deseo pecaminoso de ser alabado como una persona profunda. Resiste la falsa ilusión orgullosa de que tu efectividad dependa de tu inteligencia más que de tu fidelidad. Para cada predicador que tiende al orgullo (dentro de ellos, ¡yo mismo!), Martyn Lloyd-Jones ofrece la siguiente exhortación:
Evita la inteligencia y la agudeza. Las personas detectarán esto, y tendrán la impresión de que estás más interesado en ti  mismo y en tu inteligencia que en la verdad de Dios y de sus almas.
En cuarto lugar, conoce a tu congregación. No prediques usando el lenguaje de la congregación que desearías tener; predica usando el lenguaje de la congregación que Dios te dio. Pasa tiempo con ellos. En el tiempo, el lenguaje de tus sermones debe estar más formado por las conversaciones con los miembros de tu iglesia que por tus predicadores, profesores y académicos favoritos. Los sermones que son simples y formados por el contexto demuestran el amor familiar y sacrificado de un pastor por sus ovejas.

Exalta a Cristo

El Nuevo Testamento describe solo tres cosas como «el poder de Dios»: «el Evangelio» (Ro 1:16), «la cruz» (1Co 1:18) y «Cristo» (1Co 1:24). Nota que lograr sencillez en la predicación no está en la lista. Por lo tanto, no debemos entender la sencillez en la predicación como un fin en sí mismo, sino como un medio para un fin. Los sermones sencillos que son útiles para las almas siempre apuntan a proclamar claramente «a Cristo crucificado» (1Co 1:23). Ryle comenta,
Toda la sencillez del mundo puede ser completamente inútil si no predicamos el sencillo Evangelio de Jesucristo de manera tan completa y clara que todo el mundo pueda entenderlo. Si el «Cristo crucificado» no tiene el sitio que le corresponde en el sermón, y si el «pecado» no se denuncia como debiera, y si a los miembros de tu congregación no les dices claramente lo que deben creer, y ser, y hacer, tu predicación no sirve de nada.
Pastor, tu objetivo al predicar sermones sencillos no está en que tu congregación solo obedezca a Dios mejor y conozca más su Biblia. Sin duda, estas son cosas buenas. Sin embargo, cuando están divorciadas de la gracia de Cristo, de el conocimiento y de la obediencia experimentan un retroceso hacia el tedioso moralismo. Tal predicación, como señala Ryle, «no sirve de nada». Dicho de manera simple, el objetivo primordial en la predicación de sermones sencillos (en la exposición del punto del pasaje y en la utilización de un lenguaje simple) es que el pueblo de Dios vea a Cristo más claramente y lo ame a Él más verdaderamente. Los sermones sencillos apuntan a exaltar a Cristo más que a cualquier otra cosa.
Este recurso fue publicado originalmente en 9Marks.