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Photo of Él resucitó para advertirle al mundo
Él resucitó para advertirle al mundo
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Él resucitó para advertirle al mundo

Ciertamente anunciaré el decreto del Señor que me dijo: «Mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy» (Sal 2:7).
Piiii …Piiii ...Piiii. El temporizador comienza lento, pero luego va más y más rápido. Piiii, piiii, piiii. El corazón se acelera. El aire se torna pesado. El final se acerca. Piiii, piiii, piiii. El reloj cada vez más acelerado marca toda la diferencia en el juego Catch Phrase. Cada jugador intenta ayudar a sus compañeros de equipo a adivinar la palabra y la frase, sin decirla; luego aparece en el dispositivo que se tiene en la mano. Una vez que adivinan correctamente, la persona le pasa el dispositivo al equipo contrario. Mientras los equipos se lo pasan de allá para acá, el temporizador comienza avanzar (lentamente primero; luego, con una velocidad cada vez mayor): piiii, piiii, piiii. Cualquiera sea el equipo que sostiene el dispositivo cuando los pitidos se detienen pierde la partida. Un aspecto de la resurrección de Jesús que a menudo se pasa por alto es la manera en la que señala que el tiempo es corto. La Pascua nos cuenta que la historia ahora está pitando cada vez más rápido, llamándonos al arrepentimiento. Las naciones pronto serán un estrado a los pies del Hijo (Sal 110:1). Ellos, y cada uno de nosotros, debe besar al Hijo y refugiarse en Él antes de que sea demasiado tarde (Sal 2:12).

Te he engendrado hoy

El refrán de resurrección reaparece muchas veces en los Salmos, pero hace su primera aparición en el Salmo 2. ¿Escuchas el refrán?
Ciertamente anunciaré el decreto del Señor Que me dijo: «Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy». (Sal 2:7).
El hoy del Salmo 2:7 es el Domingo de Resurrección. Es como si el salmista cantara: «Cristo el Señor ha resucitado hoy». ¿Cómo sabemos que el hoy del Salmo 2 es lo mismo que el Domingo de Resurrección? Escucha al apóstol Pablo predicar y aplicar el Salmo 2.

Como está escrito

Hechos 13 es el texto que establece más claramente la conexión entre la resurrección de Jesús y el hoy del Salmo 2. Aquí, Pablo predica las buenas nuevas del Evangelio, desde la Escritura del Antiguo Testamento hasta los incrédulos judíos. Él declara que Dios resucitó a Jesús de la muerte en cumplimiento a la promesa hecha a los patriarcas. ¿Qué texto escogerá él para demostrarlo? Nosotros les anunciamos las buenas nuevas de que la promesa hecha a los padres, Dios la ha cumplido a nuestros hijos al resucitar a Jesús, como también está escrito en el Salmo segundo: «Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy» (Hch 13:32-33). El sermón de Pablo debería provocar cierta reflexión de nuestra parte. ¿Cómo podría decir el salmista que existe un día («hoy») en el que Jesús fue declarado el Hijo de Dios («Hijo mío eres tú»)? El Hijo eterno de Dios nunca tuvo un comienzo; nunca hubo un momento en donde de pronto existió y Dios el Padre declaró que era su Hijo. Este texto, sin embargo, parece decir que hubo un momento cuando Dios el Padre hizo una declaración respecto a la calidad de hijo.

Declarado para ser Rey

Al principio de Romanos, Pablo devela la buena noticia del Hijo de Dios (Ro 1:1-3). Él destaca la grandeza del Hijo de Dios desde dos puntos panorámicos: su vida terrenal (como descendiente de David según la carne) y su vida resucitada:
[Él] fue declarado Hijo de Dios con un acto de poder, conforme al Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos: nuestro Señor Jesucristo (Ro 1:4).
¿Cuándo el Hijo eterno de Dios fue declarado para ser Hijo de Dios con un acto de poder? La respuesta: «por la resurrección de entre los muertos». Su declaración es un momento de entronización porque Él es el Hijo de Dios «con un acto de poder». Esta frase, con un acto de poder, está relacionada con la primera frase: de la descendencia de David. Él cumple la promesa del Hijo real de David quien gobernaría el trono de Jerusalén en poder. El momento de su cumplimiento es la resurrección.

El cuento de los dos tronos

Esta realidad en el Nuevo Testamento de la entronización del Hijo de Dios resuelve una tensión desconcertante del Antiguo Testamento. Dios es Rey: su morada se encuentra en el cielo. Sin embargo, Él también dijo que su morada estaba en el templo de Jerusalén. Y había un trono ahí también; un rey humano descendiente de David se sentaría en ese trono. Los reyes de Israel a menudo se rebelaban contra el gobierno de Dios. Por tanto, el Rey del universo con frecuencia tenía que juzgar al rey de Israel. ¿Cómo y cuándo esos dos tronos se juntarían y reinarían como uno? La respuesta: la resurrección y la ascensión de Jesús. Jesús tomó su lugar en el trono prometido al Hijo de David. ¿Dónde está ese trono? El David terrenal tuvo un trono en el Sión terrenal (Jerusalén), pero el Hijo mayor del gran David tiene un trono en el Sión celestial. Debido a que Jesús está resucitado y no puede morir, el trono celestial está ocupado para siempre (Heb 1:1-5).

Advertencia anticipada

¿Cuál es la lección de la Pascua para nosotros en el Salmo 2? Las naciones necesitan escuchar urgentemente el decreto del cielo: Jesús ha resucitado. El Salmo 2 llama a las naciones, y a todos los gobernantes, a dejar de enfurecerse (Sal 2:1-3) y a comenzar a arrepentirse (Sal 2:10-12). ¿Por qué? Dios ha instalado a su Rey resucitado en el trono del universo. La resurrección es la advertencia anticipada de que el juicio viene. El Rey ha sido resucitado. La rebelión fracasó. La resurrección lo cambia todo. Puesto que el Hijo resucitó de los muertos, ahora la historia corre hacia el juicio, como un tren de carga a todo vapor. Pablo establece el mismo punto en Hechos 17. La resurrección ha ocurrido. «Los tiempos de ignorancia» han terminado, y el tiempo para el arrepentimiento ha llegado:
Por tanto, habiendo pasado por alto los tiempos de ignorancia, Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan. Porque Él ha establecido un día en el cual juzgará al mundo en justicia, por medio de un Hombre a quien Él ha designado, habiendo presentado pruebas a todos los hombres cuando los resucitó de entre los muertos (Hch 17:30–31)
La resurrección, entre otras cosas, es la seguridad de que Dios tiene la intención de ocuparse de ello. El juicio viene. Que todos los pueblos sean advertidos. Y todos los que se han inclinado ante el Hijo «alégrense con temblor», puesto que, «¡Bienaventurados son todos los que en Él se refugian!» (Sal 2:11–12).
Jason Meyer © 2019 Desiring God. Publicado originalmente en esta dirección. Usado con permiso.