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RESEÑA: CAMINANDO CON DIOS A TRAVÉS DE EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO
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RESEÑA: CAMINANDO CON DIOS A TRAVÉS DE EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO

«Todos sufrimos, o sufriremos» (8). O como D.A. Carson lo describe, «todos vamos a sufrir, solo necesitamos vivir lo suficiente». Timothy Keller, intenta escribir este libro para aquellos que están sufriendo o van a sufrir y usa la imagen del horno de fuego en el libro de Daniel para guiarnos a enfrentar el problema del sufrimiento de una manera conceptual a una más práctica. Cada sección del libro se enfoca en una perspectiva a través de la cual debemos abordar el sufrimiento. Primero, la visión filosófica, «Conociendo el horno». Aquí, en su típico estilo apologético, Keller busca responder a las inquietudes de aquellos que cuestionan a Dios o a la cosmovisión cristiana. Por supuesto, hace un excelente trabajo describiendo el trasfondo de cada enfoque y argumenta cómo la visión cristiana es la que mejor hace sentido y ofrece la mejor alternativa para enfrentar el sufrimiento. No les voy a mentir, la primera parte es la más difícil de digerir, pero al mismo tiempo trae muchos momentos en los que uno se pregunta: ¿por qué no pensé en esto antes? Excelentemente documentado histórica y académicamente, esta sección nos ayuda a entender mejor las diversas respuestas que hay al sufrimiento y cómo acercar a otros a la visión cristiana. En la segunda parte, «Enfrentando el horno», el autor navega mucho más cerca de las costas de la teología bíblica. El lenguaje es mucho más sencillo y fundamenta sus argumentos con pasajes bíblicos clave. Una y otra vez se apoya en autores evangélicos (en gran parte reformados) para consolidar sus puntos. Esta sección es lejos la más valiosa para aquellos creyentes que quieran fortalecer sus convicciones y mantener la vista puesta en Jesús, el Dios soberano, el Dios que sufre, y que abre las puertas de la eternidad para dar sentido a nuestro sufrimiento. Además, nos ayuda a mantener una postura bíblica y no subjetiva de manera que entendamos el sufrimiento dentro de los propósitos de Dios y su gloria. Keller escribe: «Jesús no sufrió para que nosotros nunca sufriéramos, sino que para que cuando suframos seamos como Él. Su sufrimiento condujo a la gloria» (199). Aprendemos a poner el sufrimiento en el lugar que le corresponde y así no caer en la culpa o el fatalismo. Por último, «Caminando con Dios en el horno», responde «cómo, en la práctica, enfrentar y superar el sufrimiento que nos ha sobrevenido» (249). Definitivamente, esta sección es la más pastoral y habla más a los que están actualmente sufriendo que a los que van a sufrir. Lo maravilloso es ver cómo Dios usa las cosas más sencillas para caminar con nosotros en el sufrimiento como el llanto, la gratitud, y la esperanza. Pero, no deja de ser honesto y demuestra que como pastor, e incluso en forma personal (Tim fue operado de cáncer a la tiroides, 350), ha aprendido a caminar con Dios en el horno. En un estilo mayoritariamente devocional, Keller sigue sosteniendo sus posturas por medio de la Escritura y citas de autores tremendamente inspiradoras. Aunque esta tercera parte es la más práctica, cada capítulo termina con una «Historia de vida» o testimonio. Todas son valiosas y no están ahí para rellenar, sino que cada una muestra cómo la perspectiva cristiana ofrece un mejor apoyo para aquellos que han sufrido. Ya sea que actualmente estés sufriendo o no, este libro es para ti. Pero, no recomiendo la primera sección para aquellos que están sufriendo, te animo a ir a la tercera sección. Al dar un paso atrás y ver el libro completo, aprecio y agradezco cada enfoque; el filosófico, el teológico, y el pastoral, pero creo que por lo mismo es un libro al que hay que volver en diferentes etapas o momentos de nuestro sufrimiento. Recuerdo haber escuchado a C.J. Mahaney hablar de cómo debemos prepararnos y a nuestras iglesias para el sufrimiento antes de que este llegue. Caminando con Dios a través de el dolor y el sufrimiento, es un recurso indispensable para intentar prepararnos para ese momento y ayudarnos a caminar con Dios cuando más lo necesitemos.

Caminando con Dios a través de el dolor y el sufrimiento. Timothy Keller. Poiema Publicaciones, 384 páginas.

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Reseña: El catecismo de la nueva ciudad - Devocional
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Reseña: El catecismo de la nueva ciudad - Devocional

Catequesis. Cuando crecí, creía que catequesis era algo que mis amigos y compañeros católicos hacían, por obligación, antes de la primera comunión. Catequesis no era algo que los protestantes evangélicos hacían. Que equivocado estaba. Los reformadores se esforzaron mucho por catequizar a la familia y a la iglesia. Una de las bendiciones de la imprenta fue la posibilidad de distribuir catequismos con verdades esenciales de la fe cristiana, la oración, la adoración, y la vida. Calvino mismo escribió: «Créame señor, la iglesia de Dios nunca será preservada sin catequesis» (Packer, 2010). Lamentablemente, la iglesia evangélica ha perdido esta hermosa tradición. El Catecismo de la Nueva Ciudad (CNC) busca revertir esta pérdida. Tim Keller y Sam Shammas elaboraron 52 preguntas y respuestas basándose en los catecismos reformados clásicos (Catecismo de Ginebra, Westminster, y Heidelberg). Las preguntas se dividen en tres grandes secciones o partes. Primero, Dios, Creación y Caída, Ley, donde se detalla la naturaleza del Dios trino y el propósito por el cual fuimos creados, así como también las características del pecado, la idolatría y la necesidad de un redentor. La segunda parte, Cristo, Redención, Gracia, presenta verdades acerca de Cristo como su deidad y humanidad. Además, explica el medio de nuestra salvación y los conceptos de justificación y santificación. Se incluye también en esta sección la gracia, la fe, y el lugar de las obras en la salvación. Por último, la tercera parte es Espíritu, Restauración, Crecer en la gracia. Aquí las preguntas cubren cosas como el rol del Espíritu Santo, la oración, y los sacramentos. El catecismo termina con una visión acerca de la iglesia y la esperanza de la vida eterna. Me encanta que el CNC tiene una gran historia o marco distinguible que se traza a lo largo de todas las preguntas y que seguro muchos van a identificar: Creación, Caída, Redención, Restauración. Junto con el catecismo propiamente tal, se puede adquirir también un devocional con comentarios de autores clásicos y modernos para cada pregunta (desde Calvino, Baxter y Edwards, hasta Keller, Carson y DeYoung entre otros). En inglés hay una versión simplificada de las respuestas para niños, una aplicación iOS y Android que incluye canciones para que los niños las memoricen las preguntas, y un currículum completo para la familia o la Escuela Dominical. ¿Por qué memorizar 52 preguntas y respuestas? ¿Por qué dedicarse a enseñarles a nuestros hijos conceptos teológicos tan profundos? ¿Por qué no conformarse con las afirmaciones básicas del Evangelio? Hay una excelente respuesta en la introducción al CNC escrito por Kathy Keller: «Edificamos un marco en la mente [de niños y adultos] de conceptos e ideas que, cuando les hablamos del pecado y el Salvador, les abre el camino para entender de qué estamos hablando». Que Dios nos de la disciplina y el amor necesario para catequizar nuestras familias e iglesias y así Dios las preserve para su gloria.

El Catecismo de la Nueva Ciudad, Devocional: la verdad de Dios para nuestras mentes y nuestros corazones. Poiema Publicaciones, 256 páginas.

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RESEÑA: LA GRAN IDEA DE DIOS 
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RESEÑA: LA GRAN IDEA DE DIOS 

Actualmente estamos viendo un resurgimiento de libros para niños que buscan poner la cruz en el centro. Todos quieren recordar el Evangelio con una idea o tema central. En primera instancia, La gran idea de Dios, no es la excepción. Trillia Newbell presenta la historia de la salvación de una forma clara y sencilla que tanto niños como adultos van a disfrutar. Sin embargo, La gran idea de Dios va un poco más allá y muestra una implicancia del Evangelio que otros no han hecho: Cómo el mensaje de Cristo nos anima a amarnos unos a otros a pesar de nuestras diferencias.

Me encanta ver y recordar que el Evangelio hace más que solo convertirnos. La cruz afecta toda nuestra vida, incluso cómo nos relacionamos con los demás. En los últimos años, mi país, Chile, ha cambiado mucho, es normal ahora ver y conocer personas con  diferentes acentos y color de piel. Trillia es afroamericana y sin duda ha sido personalmente bendecida por la aceptación de Dios en Cristo, y a juzgar por sus otras publicaciones, tanto su identidad y sus temores han sido transformados por el Evangelio. Este libro es sin duda una puerta abierta a conversaciones más profundas con nuestros hijos acerca de cómo los que «nos gusta andar en bicicleta, cómo los de piel más oscura y los de piel más clara, personas con el pelo crespo y personas con el pelo liso, necesitamos de Jesús para que nos enseñe a amarnos unos a otros». Por último, un aspecto precioso de La gran idea de Dios es la visión gloriosa del fin. «Jesús va a volver y hará que su mundo sea perfecto otra vez». No importa el idioma o color de piel, todos los que disfrutamos del perdón de Dios viviremos juntos para disfrutar amarnos unos a otros. Esa realidad futura se impregna en nuestro día a día, tanto en la iglesia como en el mundo. Además, cabe destacar que las ilustraciones representan muy bien esta gran idea de Dios. Catalina Echeverri ya se ha establecido como una excelente ilustradora en muchos de los libros para niños que mencioné al principio. Por supuesto, este libro no contesta todas las preguntas ni resuelve todas las implicancias, pero tu familia disfrutará de La gran idea de Dios una y otra vez al leerlo y disfrutarlo con tus propios y variados hijos.

La gran idea de Dios. Trillia Newbell. Poiema Publicaciones, 32 páginas.

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RESEÑA: EL MAYOR REFUGIO
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RESEÑA: EL MAYOR REFUGIO

En los últimos años hemos visto un resurgir de grupos musicales cristianos con canciones inspiradas en las enseñanzas bíblicas de  la gracia y la cruz. Sin embargo, la mayoría de estas canciones se encuentran en inglés, donde algunas de ellas llegan a oídos de la iglesia de habla hispana a través del esfuerzo que otros hermanos en la fe han hecho al traducirlas. Las canciones de Xgracia, una banda cristiana nacida en Concepción de Chile, no solo han suplido la carencia de música original en español, sino que también han ido un paso más allá. «El Mayor Refugio», segundo disco de la banda lanzado recientemente este 2017,  ha sido el resultado de un arduo trabajo para bendecir a la iglesia de Cristo con canciones que contienen textos bíblicos literales (Salmo 62, Colosenses 1:15-20, 2 Timoteo 3:14-17, entre otras). Con un corazón sincero y creatividad edificante, «El Mayor Refugio» es un excelente recordatorio de lo importante que es la música bíblica. Así lo expresó Martín Lutero: «Por eso tenemos tantas canciones y salmos, pues son un precioso regalo para recordar que Dios nos ha creado para el propósito explícito de alabar y exaltar su nombre». Dios es fiel, él es digno, y «El Mayor Refugio» sin duda te llevará a celebrar su inmenso amor.

Puedes encontrar a Xgracia y su música en: Facebook: /Xgracia Spotify: El Mayor Refugio Contacto: bandaxgracia@gmail.com

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Familias que florecen en tiempos de dificultad
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Familias que florecen en tiempos de dificultad

He estado pensando y orando mucho por mi familia. Hace algún tiempo he deseado que mi esposa e hijos florezcan; florezcan en el Señor, en el servicio. No siempre fue mi oración. Mi esposa es quien me recuerda esta necesidad en la familia. Más aún en tiempos de distanciamiento social, donde ya no podemos depender de estudios bíblicos, grupos de mujeres, o ministerio de niños para pastorear a nuestra familia (algo que en realidad nunca debiera ser más que un apoyo). Quisiera dirigirme de manera especial a los hombres, esposos, padres: este tiempo es una tremenda oportunidad para ser colaboradores de Dios en el crecimiento y bendición de nuestras familias. Tal vez eres madre soltera, o tu esposo no es creyente, lo que sin duda trae otras complicaciones. No obstante, espero que estas palabras te alienten y te sirvan de igual manera. Hay pocos lugares mejores que el Salmo 1 para pensar en la idea de florecer espiritualmente. En este salmo el autor nos da una preciosa imagen de lo que significa ser bendecido o bienaventurado. Los bendecidos son «como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita» (v. 3). Si eso no es florecer, no sé entonces lo que es. Así quiero ver a quienes amo: bendecidos como un precioso y verde sauce junto a un fresco río, lleno de golondrinas, o como un manzano en flor que parece nevado en plena primavera. Sin embargo, fíjate que el árbol no florecerá a menos que las condiciones sean adecuadas. Hay cosas que evitar y hay cosas que buscar. En cuanto a lo que hay que evitar, hay una clara progresión descendente en el verso 1: andar, detenerse, y sentar, «cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores». En los Salmos, expresiones como andar y camino tienen que ver con la enseñanza y el estilo de vida. ¿Puedes pensar qué tipo de consejos y caminos vendrían de los pecadores hoy en día? Probablemente, buenos ejemplos serían el individualismo, el materialismo, la lujuria, etc. Por el contrario, bendecido (o florecido) es quien «en la ley del Señor está su deleite, y en su ley medita de día y de noche» (v. 2). Sencillo y complejo a la vez; tú y los tuyos florecerán a medida que más disfruten y mediten en la «instrucción del Señor». Pero probablemente esto tú ya lo sabías. Los Salmos mismos son un libro que dedica 150 capítulos para meditar en la instrucción del Señor. En lo que queda de este artículo espero motivarte a efectivamente poner en práctica ese deleite tal como lo hicieron los salmistas, a veces en circunstancia tanto o más difíciles que las nuestras. Para animarnos quiero que pensemos en tres convicciones y en tres sugerencias.

Tres convicciones

  1. La Palabra de Dios es poderosa. No por nada el Salmo 119 es el más extenso y primordial acerca de la Palabra de Dios. Aquí el salmista ora, «vivifícame conforme a tu palabra» (v. 25) y «fortaléceme conforme a tu palabra» (v. 28). La Palabra de Dios vivifica. Fíjate también en 1 Tesalonicenses 2:13: «Por esto también nosotros sin cesar damos gracias a Dios de que cuando recibieron la palabra de Dios que oyeron de nosotros, la aceptaron no como la palabra de hombres, sino como lo que realmente es, la palabra de Dios, la cual también hace su obra en ustedes los que creen». Pablo es claro en decir que la Palabra de Dios obra en los que creen porque viene en poder y en el Espíritu Santo (1Tes 1:5). Estos son solo un par de ejemplos. Sea lo que sea, no dejes de fertilizar a tu familia con la palabra de Dios porque esta tiene el poder para levantar, fortalecer, y obrar en ella y en ti.
  2. La Palabra de Dios es acerca de Jesús. No debemos perder de vista que el centro y el propósito de la Escritura es revelar a Jesús. Jesús mismo, en un encuentro con los fariseos nos recuerda exactamente eso: «Ustedes examinan las Escrituras porque piensan tener en ellas la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio de mí! Pero ustedes no quieren venir a mí para que tengan esa vida» (Jn 5:39-40). Como un amigo una vez me mostró, cuando venimos a la Palabra de Dios venimos a encontrarnos con una Persona. Es la persona de Jesús la que nos da vida. No vamos a florecer a menos que reconozcamos el Evangelio en cada pasaje de la Escritura.
  3. La Palabra de Dios se medita en oración. Los Salmos son oración por excelencia. Una y otra vez los Salmos muestran expresiones de dependencia, lamento, alabanza, y acción de gracias a Dios. Después del Salmo 1-2, la primera expresión del Salmo 3 es «Oh Señor» (v. 1). En una relación muy personal, David llama al Señor: «Dios mío, Dios mío» (Sal 22:1). Estas meditaciones y deleites en la instrucción del Señor están impregnadas de oración. De nuevo, Jesús nos enseña a orar diciendo «Padre nuestro» (Mt 6:9). Además, en términos de crecimiento, Pablo una y otra vez ora por sabiduría, conocimiento, revelación, «que nuestro amor abunde más y más en conocimiento verdadero» para escoger lo mejor, ser puros, y andar como es digno del Señor (Fil 1:9; cf. Ef 1:18-19; Col 1:9-10). Si es Dios quien nos hace crecer y florecer por medio de su Espíritu en su Palabra, entonces debemos depender de Él en oración, y deleitarnos en Él cuando nos deleitemos en su Palabra.

Tres sugerencias

  1. Alimenta con gracia. No hay nada que arruine más el crecimiento espiritual que el legalismo y la sobre exigencia. Recuerda que el Salmo dice «bendecido el que se deleita en la instrucción del Señor» (vv. 1-2). Debemos buscar maneras de disfrutar y meditar. Más aún, tú necesitas florecer tanto como aquellos a quienes amas. Tú necesitas el Evangelio. Aunque mi memoria falla, como bien decía John Newton, es el Evangelio el que «me recuerda cada día que soy un gran pecador, y que Cristo es un gran Salvador». Al despedirse de los ancianos de Éfeso, Pablo declaró: «en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios» (Hch 20:24) y los encomendó «a Dios y a la palabra de su gracia, que es poderosa para edificarlos». Pablo estaba tan convencido de que el Evangelio y la gracia son poderosos para fortalecer nuestra fe, que estaba dispuesto a dar su vida. Día tras día, no solo lean las Escrituras, sino que mediten en ella, buscando contemplar el rostro de Jesús en cada pasaje. Entonces, ahí encontrarás deleite.
  2. Alimenta con rutinas. Bienaventurado es el que medita en la instrucción del Señor «de día y de noche». Una vez que descubras y decidas las maneras en las que vas a meditar en la instrucción del Señor, hazlo siempre, continua y frecuentemente. Nota que no importa tanto la hora como el momento. No se trata de poner una alarma y dejar de hacer todo o interrumpir lo que tu familia está haciendo para obligarlos a sentarse a leer. Para eso debes conocer muy bien a tu esposa e hijos. ¿Cuál es el mejor momento? ¿De mañana o de noche? ¿Antes, durante, o después de la comida? La verdad es que no hay fórmulas o modelos específicos. Alguna vez escuché que saber qué tipo de cosas despiertan tus afectos por Jesús pueden ayudarte mucho. Tal vez es música cristiana, tal vez son las madrugadas, o el anochecer. Para mi es un buen café y un lugar tranquilo y solitario, en un sillón y luz natural. También, sin un papel y un lápiz estoy condenado a desconcentrarme. ¿Qué cosas te ayudan a deleitarte en la Palabra de Dios? ¿Qué cosas le ayudarían a tu familia?
  3. Alimenta con ejemplos. Hace poco les regalamos unos libros devocionales a nuestros hijos. La primera pregunta que me hicieron fue: «papá, ¿tú tienes un libro como este?». Fue un gusto mostrarles mi diario de oración junto a mi Biblia. Nada muy elaborado, solo un cuaderno y un lápiz para hacer pequeñas anotaciones acerca de lo que he meditado y para hacer una lista de oración. Esto se hace más importante cuando los hijos son adolescentes. Sobre todo cuando estés cansado y no tengas ganas, cuando haya otras preocupaciones y distracciones, ahí es cuando es más importante marcar el paso.
No puedo no recalcar lo difícil que es. Muchas veces yo mismo he olvidado estas convicciones y no he alimentado con gracia. Debemos recordar que el crecimiento es lento, que el árbol florece después de inviernos y veranos. El fruto no es inmediato. Anímate, persevera, deléitate, y medita en la instrucción del Señor cada día, y nuestro jardín «dará fruto a su tiempo» (Sal 1:3). Además, no debemos perder de vista el impacto misionero que el deleite y la meditación diaria puede traer, no solo en tus hijos y en tu esposa, sino también en sus hijos y esposos y esposas. Es una tremenda bendición hablar lo que «nuestros padres nos han contado. No lo ocultaremos a sus hijos, sino que contaremos a la generación venidera las alabanzas del Señor, su poder y las maravillas que hizo» (Sal 78:3-4). Por último, no olvides el Evangelio. El Salmo 2 termina donde empieza el Salmo 1, con una bienaventuranza: «Honren al Hijo para que no se enoje y perezcan en el camino, pues puede inflamarse de repente Su ira. ¡Cuán bienaventurados son todos los que en Él se refugian!» (Sal 2:12). Honra al Hijo. Busca en Él refugio. Deléitate en Él y en su gracia, porque ahí es donde tu familia y tú florecerán.
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Carta abierta en gratitud al Dr. J.I. Packer
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Carta abierta en gratitud al Dr. J.I. Packer

No fue hace muchos días que pensé en escribir una carta de agradecimiento al Dr. J.I. Packer. Quería escribirle a mano, pero debía ser pronto, no sea que Dios lo llame a su presencia. Bueno, aun cuando no podré agradecerle personalmente en este tiempo, no quiero dejar pasar la oportunidad de, en cierta manera, escribirle y de paso manifestar de qué manera influyó en mi vida y ministerio. Solo soy uno más en una larga lista de autores y pastores mucho más preparados e idóneos que yo, que expresan tributo público al Dr. Packer. Sin embargo, espero que estas palabras animen a muchos más a abrir sus libros y a ser positivamente influenciados por él. De hecho, voy a apropiarme de sus propias palabras: «lo que aquí se ofrece tiene el propósito de animarte a seguir [...] estas gotas de pensamiento son solo el punto de partida [...] úsalas como un trampolín y ve cuán lejos te lleva nuestro Padre celestial»[1]. Mi carta hubiera dicho algo como… Querido Dr. Packer: Nunca nos hemos presentado formalmente, es más, nunca hemos estado juntos en el mismo salón. Aún así, usted ha sido de gran influencia en mi vida y quiero tomar la ocasión para agradecerle y resaltar algunos principios que he coleccionado de sus escritos, y que una y otra vez me veo transmitiéndolos a otros desde el púlpito o desde las salas de clases. Soy pastor ordenado de la Iglesia Anglicana, actualmente curso estudios de doctorado, y he dedicado mi vida a la formación de otros pastores y líderes, principalmente en el área de la teología bíblica, tanto en la iglesia como en la academia. Por testimonios como el suyo, me anima saber que puedo seguir levantando el Evangelio y la autoridad de la Escritura y aún llamarme anglicano, si bien con cierto grado de «inconformismo puritano», sin importar donde el Señor me llame a servirle.

Conociendo a Dios

Mis agradecimientos tienen una sencilla progresión: quiero darle gracias por fundamentos y convicciones que sostienen nuestra fe, luego por principios y consejos que sostienen nuestro caminar, y por último, verdades que animan nuestra esperanza. En primer lugar, por un importante fundamento: gracias por enseñarnos que no es suficiente conocer cosas acerca de Dios; debemos tomar ese conocimiento acerca de Dios y llevarlo a un conocimiento de Dios. ¿Cómo? «Consiste en que transformemos todo lo que aprendamos acerca de Dios en tema de meditación delante de Dios, seguido de oración y alabanza a Dios»[2]. Así parte el que sería uno de los libros que más ha fortalecido mis convicciones como creyente. El conocimiento del Dios Santo, fue uno de los primeros (si no el primero) de los libros cristianos que leí y no dudaría ni un segundo en recomendarlo, incluso a nuevos creyentes. La idea de que debemos tomar las grandes verdades de Dios y transformarlas en oportunidades para adorar a Dios es algo que fomenta mis estudios y nutre mi comunión con Dios. Más aún, esto es lo primero que viene a mi mente cuando mis propios estudiantes corren el riesgo de, como algunos dicen, «secarse» en las muchas palabras. Los animo a que, de cuando en cuando, tomen nota de lo que están leyendo y se pregunten de qué manera esto nos enseña quién es Dios y cómo debemos adorarle. Además, me atrevo a decir, que esta es una convicción que no han descubierto aquellos críticos de los estudios «meramente» teológicos; no han disfrutado lo suficiente del estudio acerca de Dios como para llevarlos al conocimiento de Dios y a una comunión con Él. Sin duda, tienen comunión con un dios, pero corren el peligro de servir a un dios insuficiente e incapaz y por ende producir una alabanza insuficiente. A menos que todos nos volvamos serios en conocer acerca de Dios (i.e. teología), no podremos responder apropiadamente en alabanza, adoración, y comunión con el Dios verdadero. Otros principios o fundamentos que rescato de su libro son cosas como que Dios no es un Dios caprichoso y su ira es una expresión justa de su santidad; que la sabiduría de Dios está íntimamente ligada a su poder y por lo tanto sus propósitos nunca se frustran; ¡y más!

El legado puritano

En segundo lugar, pasando de los fundamentos y convicciones a los principios para un caminar diario, hay dos cosas que quisiera agradecer y recalcar. Primero, lo valioso que es el pasado para fortalecer nuestro presente. Sobre todo, es valioso apreciar la madurez y la santidad de los grandes puritanos cuya altura brilla como un faro para mostrarnos, entre otras cosas, como vivir piadosamente[3]. Gracias por abrir nuestros ojos a la imperante necesidad de imitar la piedad de los puritanos en nuestra adoración, vida familiar y ministerio, especialmente en un mundo acelerado y sumamente superficial. La iglesia fácilmente nubla su vista con novedades y distracciones de manera que perdemos de vista aspectos preciosos de la religión del corazón. De los puritanos aprendemos que toda teología es espiritual, que «si nuestra teología no despierta nuestra conciencia y ablanda el corazón, entonces los endurece [...] si no promueve humildad, entonces envanece»[4]. De los puritanos como Owen y Baxter heredamos la convicción de que nuestro pecado sigue presente y que por lo tanto somos llamados a mortificarlo disciplinadamente (cf. Col 3:1–5); o que debemos tener una visión integral del ministerio cristiano y la obra de Dios que ellos llamaban reforma o renuevo. Segundo, es valioso recordar el anhelo de los puritanos, principalmente en las enseñanzas de Jonathan Edwards como «puritano nacido fuera de tiempo»[5], por ver un avivamiento en nuestras congregaciones y ciudades. En un contexto en el que el concepto de avivamiento es continuamente cuestionado, fue muy importante para mí la reivindicación de la visión puritana de la «religión experiencial en contra del moralismo frío»[6]. Pero más que eso, si bien reconocemos con Edwards y los puritanos la soberanía de Dios y las marcas bíblicas de un verdadero avivamiento, debemos reconocer también que «cuando Dios quiere hacer algo extraordinario por su iglesia, es su voluntad que esto sea precedido por las oraciones extraordinarias de su pueblo (cf. Ez 36:37)»[7]. Por lo tanto, «Dios nos llama, y la sabiduría nos dirige, a buscar y orar por un mayor avivamiento de nuestra religión, por la gracia de Dios y para la gloria de Dios»[8]. En fin, los grandes puritanos del pasado nos animan a vivir piadosamente y a orar constantemente por vidas reavivadas, apasionadas por Jesús y su Palabra. Sin dejar de lado una nota de advertencia: «aún cuando los grandes cristianos de ayer no deben ser idolatrados, sí deben ser recordados, y su legado debe verse con aprecio; Dios les dio fortaleza y sabiduría para enriquecer no solo a su propia generación sino también a la venidera»[9].

Verdadera esperanza

Por ultimo, quisiera agradecerle por las verdades que animan a nuestra esperanza. Una de las más ricas conversaciones con uno de mis tantos buenos mentores fue acerca de la vejez y la muerte. Paralelamente, me encontraba leyendo Weakness is the Way [La debilidad es el camino]. Gracias por mostrarnos que el cristianismo ofrece algo que la cultura secular no tiene: esperanza. El mundo busca esperanza en su propia astucia y talentos, los cuales no pueden asegurar la salvación o dar verdadera esperanza. En cambio, los creyentes trazamos nuestro camino y encontramos poder en verdadera debilidad (cf. 2Co 12). «El gran y emocionante futuro de los fieles discípulos de Cristo que Pablo tanto anhelaba, sin duda sostuvo su fuerza apostólica a través de las experiencias más adversas»[10]. Aun sin haber entendido o experimentado lo que significa dejar este mundo, nuestra esperanza está en saber que en algún momento en el proceso de transición de este mundo al venidero «Cristo mismo vendrá a nuestro encuentro, de manera que su rostro será lo primero que reconoceremos en la nueva creación»[11]. Esto es solo un puñado de verdades y convicciones que han empujado mi vida para conocer más a Dios y me han sostenido en el difícil caminar con Cristo. Tanto más podría rescatarse de tantos otros escritos. Espero que estos y otros principios nos animen a permanecer fieles a Dios y a su autoridad en la Escritura, y al mismo tiempo a seguir clamando por verdadero avivamiento o renovación en nuestra adoración. Finalmente, gracias por recordarnos que Cristo ilumina nuestro camino, por mas débil y difícil que este sea, y nos ayuda a perseverar en la esperanza segura a la que Dios nos ha llamado en Cristo (cf. 1P 1:3–9). Gracias Dr. Packer por ser otro puritano nacido fuera de tiempo, e indirectamente sembrar en nosotros el deseo de servir a Cristo como otros reformadores y puritanos también lo hicieron. Ahora que sí ha experimentado y entiende lo que significa dejar este mundo, nos alegramos en que un día disfrutaremos juntos la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo (cf. 2Co 13:14). ¡Feliz cumpleaños!

Atte. Felipe A. Chamy Wheaton, IL 22 de julio, 2020


[1] J. I. Packer, Life in the Spirit: A 30-Day Devotional (Wheaton: Crossway, 1996), Preface. Traducción propia.

[2] J. I. Packer, El conocimiento del Dios santo (Miami, Florida: Editorial Vida, 2006), 28.

[3] J. I. Packer, A Quest for Godliness: The Puritan Vision of the Christian Life (Wheaton: Crossway, 1990), 11–12.

[4] Packer, A Quest for Godliness, 15. Traducción propia

[5] J. I. Packer, “Jonathan Edwards and the Theology of Revival,” in Puritan Papers: 1960-1962 (Phillipsburg, NJ: P & R Publishing, 2001). Traducción propia

[6] Packer, “Jonathan Edwards and the Theology of Revival”. Traducción propia

[7] Jonathan Edwards, “Works,” 1:426. Traducción propia

[8] J. I. Packer, “The Glory of God and the Reviving of Religion: A Study in the Mind of Jonathan Edwards,” in A God-Entranced Vision of All Things (Wheaton: Crossway, 2004), 108. Traducción propia

[9] Packer, “The Glory of God,” 81. Traducción propia

[10] J. I. Packer, Weakness Is the Way: Life with Christ Our Strength (Wheaton: Crossway, 2013), 93. Traducción propia

[11] Packer, Weakness, 116. Traduccion propia

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Serie "La imagen del Dios invisible"
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Serie "La imagen del Dios invisible"

Junto a distintos líderes y pastores hemos preparado esta serie de videos que nos ayudará a meditar en las diversas áreas y atributos del carácter de Cristo revelados desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección.
Nuestro deseo es que durante esta Semana Santa tu corazón sea avivado y animado a rendir toda tu vida en adoración a Cristo, la imagen del Dios invisible.

La Humildad de Cristo – Luke Foster

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El celo de Cristo – Nicolás Fuentes

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La dependencia de Cristo – Amós Cavalcanti

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La Omnisciencia de Cristo – Juan Esteban Saravia

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El servicio de Cristo – Felipe Chamy

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El sufrimiento de Cristo – Jonathan Muñoz

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El descanso de Cristo – Eleazar Seguel

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La resurrección de Cristo - Cristóbal Cerón

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