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Dr. Jeremy Pierre es docente a cargo del asesoramiento de los estudiantes y profesor asistente de consejería bíblica en The Southern Baptist Theological Seminary en Louisville, Kentucky. Es pastor de la iglesia bautista Clifton y coautor de El pastor y la conserjería.

¿Por qué sentimos vergüenza?

¿Por qué sentimos vergüenza?
Las vacas no sienten vergüenza. Me di cuenta de este maravilloso hecho un suave verano en una feria del condado de Lorain en Ohio. Lo que no fue suave fue mi repugnancia ante las abultadas ubres cubiertas de suciedad que estaban en exhibición para que el mundo las viera. Todo el tiempo, la vaca estuvo ahí, parpadeando sus vidriosos ojos. Mi casi adolescente mente, ya con una consciencia constante de los aspectos desagradables de la existencia corporal, no podía comprender tal cosa. Quizás las vacas no sientan vergüenza, pero los chicos preadolescentes la respiran.
Asimismo sucede con todas las personas que respiran oxígeno, sin importar su etapa de la vida o su trasfondo personal. Ha sido de esta manera casi desde que las personas han respirado en la atmósfera humana. Casi. Hubo un tiempo en el que las personas disfrutaban de la riqueza de la existencia humana sin siquiera saber lo que era la vergüenza. No había experiencia de desconfianza en uno mismo ni miedo a la condenación.