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Siete maneras en que las mamás ocupadas pueden leer la Palabra
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Siete maneras en que las mamás ocupadas pueden leer la Palabra

El inicio del año escolar es uno de los momentos más intensos para la mayoría de las mamás. Listas de quehaceres para el regreso a clases nos llevan a mantenernos ocupadas por un buen tiempo y el descanso parece tan lejano hasta las siguientes vacaciones. Y mientras la Palabra de Dios reposa en nuestros libreros esperando que tengamos un momento de calma, el mundo nos empuja a mantenernos ocupadas. Inscribe a tus niños en clases de fútbol, de piano, de gimnasia, de básquetbol y la lista sigue. Lo que sea que se te ocurra, todos ya lo están haciendo. El mundo nos dice que debemos llenar nuestras agendas y mantenernos yendo de un lado para otro. Si no lo haces, van a excluir a tus niños o no van a ser cool o no aprenderán lecciones importantes para la vida o no socializarán o no, o no, o no. «Ocúpate y mantente ocupada» es lo que dice el tácito mantra. El mundo dice que esta caótica carrera es la que corren las buenas mamás. Sin embargo, la verdad es que necesitamos momentos de calma. Es en esos momentos de calma en los que Dios nos habla por medio de su Palabra y en donde le hablamos en oración. Aquí es donde nos alejamos de todo el ajetreo con el fin de tener comunión con nuestro Padre celestial. Aquí es donde vamos a su Palabra para el precioso propósito de beber agua de la fuente de vida: Jesucristo. A continuación, les comparto una simple guía para mamás ocupadas que quieren tener más de esos momentos de calma en su día a día: momentos para detenerse y beber agua de la fuente de vida.
  1. Escoge un pasaje de la Escritura para la semana. Mis pasajes favoritos para meditar provienen de los Salmos, los Proverbios, los Evangelios y las epístolas.
  2. Escribe el pasaje en una tarjeta y ponla en tu bolsillo o junto a tu computador. Sácala periódicamente y léela. Guárdala en tu bolso y sácala cuando sea necesario y léela.
  3. Como primera cosa en la mañana, lee el pasaje. Lee el pasaje apenas te levantes, así será lo primero que tengas en tu mente esa mañana.
  4. Abre tu Biblia en ese pasaje y déjala en la encimera de tu cocina. A lo largo de todo el día, cuando entres en la cocina, detente y lee el pasaje y luego continúa haciendo lo que ibas a hacer.
  5. Lee el pasaje en voz alta. Léetelo a ti misma; léeselo a tus hijos durante el almuerzo y a la hora de dormir.
  6. Vuelve a leer el pasaje antes de irte a acostar en la noche. Termina tus días leyendo este pasaje de la Escritura.
  7. Escribe el pasaje al principio de tu lista de cosas por hacer. De esta manera, cada vez que mires tu lista de quehaceres, puedes leer el pasaje de la Escritura.
Courtney Joseph © 2013 Desiring God. Publicado originalmente en esta dirección. Usado con permiso. | Traducción: María José Ojeda