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¿Quién la hallará?
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¿Quién la hallará?

Cuando buscamos guía en la Palabra de Dios para ser la mejor esposa y madre que pudiéramos ser, simplemente no podemos escaparnos de Proverbios 31. ¿Quién no querría ser tan talentosa, productiva, fuerte, preocupada y valiente como esta mujer? Sin embargo, como normales seres humanos, muchas de nosotras somos más propensas a aterrarnos cuando esta aparente perfecta mujer es expuesta ante nosotras como ejemplo. ¡Ciertamente, quién puede hallarla! No todas tienen un instinto u oportunidades de negocio. Muchas no tienen los dones ni la creatividad para hacer ropa para la familia y el hogar. No sé si he conocido a alguien que sea una persona madrugadora y trasnochadora al mismo tiempo como esta mujer. Si la mujer de Proverbios 31 solo despierta culpa en nosotras, ya que incluso en nuestro mejor día no tenemos la capacidad para cumplir con el estándar de nuestro llamado, ¿qué ayuda es ella para las mujeres que luchan con honrar a Dios?

¿Qué hizo?

Dios nunca nos insta a sentirnos culpables por no tener los dones que no se nos ha dado o por no traer el bien que no somos capaces de traer físicamente. Por lo tanto, si la mujer de Proverbios 31 solo nos hace sentir culpables o inadecuadas, probablemente no estamos entendiéndola de la manera en que Dios dispuso. Parte de la confusión podría deberse a los verbos traducidos en tiempo presente en nuestras Biblias. Un académico de Antiguo Testamento nota que los verbos en Proverbios 31 están en tiempo pasado originalmente. El tiempo presente puede sugerir que la mujer hace todas estas cosas en una etapa de la vida, pero la lectura que ofrece Jason DeRouchie indica que estos versículos están resumiendo la vida fructífera de una mujer en muchos años productivos, destacando las cosas fructíferas que hizo en diferentes momentos a lo largo de su vida. Si él está en lo correcto, puedo dar un gran suspiro de alivio mientras medito en mis esfuerzos pasados y lucho por ser una mujer piadosa hoy.

La mujer detrás de la mujer

Sin embargo, como sea que traduzcamos los verbos, perdemos lo que la mujer de Proverbios 31 le dice a las mujeres de hoy si solo vemos lo que ella hace. Solo inspirará culpa y vergüenza si estudiamos el pasaje como una lista de quehaceres de lavandería, en lugar de el espíritu y la motivación que la mueve. Encontramos muchas pistas de lo que guía su corazón de sabiduría en este pasaje, pero la motivación más importante (la que guía todo lo que hace) se menciona al final. Debemos leer el capítulo completo, cada verbo, a la luz de un verbo del versículo 30: «Engañosa es la gracia y vana la belleza, pero la mujer que teme al Señor, esa será alabada» (Pr 31:30). Esta mujer teme al Señor. De hecho, el versículo dice que esta es la razón para ser alabada. La mujer de Proverbios 31 teme al señor, en otras palabras, ve la sabiduría de querer obedecer lo que Dios la llama a hacer y a honrar al Señor con toda su vida. ¿Qué es «el temor del Señor» en Proverbios?: el comienzo de la sabiduría (Pr 1:7, 29; 2:5; 9:10; 15:33). Es su corazón deseoso por honrar al Señor con su vida, y por tanto vivir con verdadera sabiduría, lo que Dios quiere que las mujeres imiten y sigan. Cuando vuelves y lees todo lo que ella hace a la luz del versículo 30, comienzas a sentir el espíritu de esta mujer.

Digna de confianza

Una mujer que teme al Señor quiere amar y honrar a su esposo. Claramente, el esposo de la mujer de Proverbios 31 afirma sus esfuerzos, porque dice que el corazón de él confía en ella (Pr 31:11). Él confía en ella no solo en general, sino que en la profundidad de su corazón. Su confianza está bien puesta porque el versículo 12 dice: «Ella le trae bien y no mal todos los días de su vida». Ella no solo le trae bien en ciertas ocasiones, sino que cada día (incluso y especialmente esos días cuando ella pudo sentir que tenía toda la razón para estar enojada o molesta con él). Es importante para ella que su esposo confíe en ella. Ella quiere que él sea capaz de confiar en ella y que sepa que ella seguirá su consejo. Ella quiere guardar su honor y no hablar desfavorablemente de él ante otros. Claramente, él puede descansar en que ella cumplirá los compromisos que hizo con él. Consistentemente, ella administra el hogar de una manera en la que él se siente seguro de habérselo confiado a ella. ¿Tu esposo confía en ti? ¿Conduces tu vida privada y pública de una manera que le dé a él toda razón para confiar en ti? ¿Hablas bien de él (siempre)? No necesitamos dones específicos para ser dignas de confianza; simplemente necesitamos valorar a nuestros esposos de una manera que los honre a ellos y al Señor.

Esforzada

No hay discusión respecto a que la mujer de Proverbios 31 trabaja duro. Esta mujer tiene muchos dones y hace muchas cosas, pero el punto de este pasaje no es exhortar a cada mujer a hacer todo lo que ella hace. El punto es que debemos estar dispuestas a trabajar arduamente en lo que Dios nos está pidiendo que hagamos y en lo que le agrada a Dios cuando deseamos hacer nuestro trabajo con la mayor excelencia posible. Esta mujer no tiene tiempo para compararse a sí misma con otras. Ella claramente no está obsesionada con «mi tiempo»; «no come el pan de la ociosidad» (Pr 31:27); no es una de las que pierde el tiempo. Al contrario, llena su tiempo con actividades productivas y útiles. No existe indicio de que se queje o refunfuñe por sus responsabilidades. Está preocupada con servir a su familia y a otros y lleva un espíritu de disposición generosa a su trabajo. Con la ayuda de Dios, también podemos trabajar duro, resistirnos a perder el tiempo y a tener un espíritu dispuesto y misericordioso hacia las cosas que hacemos.

Fuerte

El versículo 17 dice: «Ella se ciñe de fuerza y fortalece sus brazos». La fuerza física (cuidar del templo de su cuerpo) es una prioridad. Su «ejercicio» nunca incluyó un gimnasio, pero estaba levantada y moviéndose, comiendo adecuadamente y enfrentando tareas físicamente exigentes. La fuerza física no es el único tipo de fuerza que se menciona. Ella no le teme al clima (Pr 31:21) o muchas otras cosas aparentemente. «Fuerza y dignidad son su vestidura» (Pr 31.25); ella es fuerte en sabiduría (Pr 31:26); ella no se preocupa, de hecho, ¡se ríe del futuro (Pr 31:25)! No te quedes con la impresión de que a ella le importa mucho lo que otros piensen sobre ella. Una mujer que confía en el Señor finalmente es libre para ser verdaderamente fuerte. No se preocupa por las cosas sobre las que no tiene el control. Ella confía en que Dios la va a ayudar y a cuidar a ella y a su familia en todas las maneras en que ella no puede hacerlo. Entonces, ella trabaja para hacer las cosas que sí puede hacer. Es un Dios amoroso el que es soberano sobre el futuro de su familia. Su parte es vivir, trabajar y amar de una manera que honre a Dios. Él es responsable por el resto y su Hijo ha cubierto los muchos defectos de ella con su propia sangre.

Amable y preocupada

El versículo 26 dice: «Y hay enseñanza de bondad en su lengua». Vemos evidencia de las maneras en que ella vive esta verdad cuando diariamente le trae bien a su esposo (Pr 31:12), sus hijos se levantan y la llaman bendita (Pr 31:28) y abre su mano a los pobres y necesitados (Pr 31:20). ¿Quienes nos rodean se deleitan con nuestro espíritu amable y preocupado? Todos podemos, con la ayuda de Dios, trabajar para tener trato amable con las personas que Dios pone en nuestras vidas y todas podemos hacerlo un punto de dedicación de nuestro tiempo, talentos y dones para ayudar a los menos afortunados.

Teme a su Señor

La mujer elogiada en Proverbios 31 no presenta un estándar imposible; presenta un estándar piadoso (lo que hoy llamaríamos «a la imagen de Cristo»). Estos versículos nos inspiran a desear su temor al Señor, su dedicación por ganarse la confianza de su marido, su ética de trabajo y su fuerza y bondad. Su corazón, mente y cuerpo son fortalecidos por su devoción al Señor por la familia y el trabajo que él les ha confiado a su cuidado. A medida que seguimos su ejemplo y el tipo de vida que fluye desde su fe, seremos bendecidas y seremos una bendición para otros.
Adrien Segal © 2018 Desiring God. Publicado originalmente en esta dirección. Usado con permiso. | Traducción: María José Ojeda