volver

 Título original en inglés: “Cultivating Praise in Marriage


Los elogios y la afirmación son esenciales para la salud y la vitalidad de un matrimonio. El elogio genuino y el agradecimiento verbalizado son como un fertilizante matrimonial (piensa en Miracle-Gro®[1]) en la tierra del corazón de tu cónyuge. Tienen el poder de sanar a un matrimonio debilitado o fortalecer uno que ya es sano.

Por tanto, puedes esperar que diga: haz más de eso. Esposos: ¡afirmen más! Esposas: ¡elogien más! Pero aquí está lo que es fácil pasar por alto: el elogio y la afirmación brotan del disfrute; fluyen naturalmente de deleitarse y valorar algo o alguien. Esto significa que no afirmar a nuestros cónyuges es más profundo que una cuestión de palabras; es un asunto de no valorar a tu cónyuge lo suficiente. Por lo tanto, la pregunta no es: «¿cómo puedo aprender a elogiar más a mi esposo o esposa?» como si solo pronunciar más palabras resolvería el problema. La pregunta adecuada es: «¿por qué no valoro ni disfruto más a mi cónyuge?». La afirmación rebosa espontáneamente cuando aprecias y disfrutas a alguien.

Entonces, ¿cómo cultivamos el deleite en nuestros cónyuges? ¿Es posible incluso crecer en la valoración y el disfrute de otra persona? La buena noticia es que sí, es posible, pero como cualquier cosa que valga la pena, requiere atención frecuente e intencional. Las palabras de Pablo para la atribulada iglesia filipense nos da un buen punto de partida: «Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de ustedes. Pido siempre con gozo en cada una de mis oraciones por todos ustedes» (Fil 1:3-4 [énfasis del autor]).

Más adelante, escribe:

[…] todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto mediten [¡y oren!]. […] Y el Dios de paz estará con ustedes (Fil 4:8-9 [énfasis del autor]).

Pablo modela en Filipenses 1 lo que enfatiza en el capítulo 4. Él ora con agradecimiento cada vez que los recuerda y los exhorta a enfocar sus pensamientos en lo que es digno, correcto… en alguna virtud o algo que merece elogio. Entonces, para seguir su ejemplo, ora por tu cónyuge y siempre da gracias (con alegría) por algo específico, que sea digno de elogio y verdadero. Siempre. En lo secreto, podrías pensar: «pero no oro frecuentemente por mi cónyuge». Esto nos lleva de vuelta a la pregunta sobre valorar y disfrutar. Así que ora. Ora por tu cónyuge. Y aunque podría requerir un esfuerzo consciente y serio, prioriza tus oraciones con un agradecimiento que no quepa dudas. La oración con agradecimiento (Fil 4:6) es el camino más poderoso para crecer en valorar, disfrutar y animar a tu cónyuge.

Mientras crecen en esto, su matrimonio será más que fortalecido. Cuando nos elogiamos mutuamente, estamos, en un sentido, practicando para la gloria. Pablo escribe: «[…] nosotros somos el motivo de su gloria, así como también ustedes la nuestra en el día de nuestro Señor Jesús» (2Co 1:14). El elogio y la afirmación indudablemente son sinónimos para gloriarse el uno en el otro. Es nuestra gozosa y solemne responsabilidad ayudarnos mutuamente a gloriarnos, al buscar lo bueno, al afirmar el carácter de Cristo y al señalar las evidencias del mismo Jesús en nuestros cónyuges de una manera que aliente, edifique y refresque.

No esperes. El pastor y autor J. R. Miller (1840-1912) escribió sobre «La bondad que llega demasiado tarde». Él contrasta un funeral donde los amigos y familiares se reúnen para decir palabras buenas y agradables sobre el carácter de una persona fallecida con la historia de Lucas 7 donde una mujer unge a Jesús con perfume antes de que Él muera. Ella no espera hasta que Jesús esté muerto para romper el frasco de alabastro y así refrescar sus cansados y agotados pies. Miller nos ruega: «las palabras bondadosas que yacen en el corazón de los hombres sin expresarse y temblorosas en sus lenguas sin voz serán dichas más tarde cuando los cansados estén muertos, pero ¿por qué no decirlas ahora, cuando se necesitan tanto y cuando sus acentos serán agradables y de gratitud?».

En el matrimonio, animémonos el uno al otro diariamente y no esperemos hasta el momento de la muerte para dar aquel discurso en su honor, que no le traerá ninguna bendición. Comprometámonos a edificarnos y animarnos mutuamente hoy.

Este artículo fue traducido íntegramente con el permiso de The Christian Counseling & Educational Foundation (CCEF) por María José Ojeda, Acceso Directo, Santiago, Chile. La traducción es responsabilidad exclusiva del traductor.

Esta traducción tiene concedido el Copyright © (22 de julio, 2021) de The Christian Counseling & Educational Foundation (CCEF). El artículo original titulado “Cultivating Praise in Marriage” Copyright © 2018 fue traducido por María José Ojeda, Traductora General, Acceso Directo. El contenido completo está protegido por los derechos de autor y no puede ser reproducido sin el permiso escrito otorgado por CCEF. Para más información sobre clases, materiales, conferencias, educación a distancia y otros servicios, por favor, visite www.ccef.org.


[1] N. del T.: marca estadounidense de productos para césped, jardín y control de plagas.

Photo of Aaron Sironi
Aaron Sironi
Photo of Aaron Sironi

Aaron Sironi

Aaron Sironi es miembro de la facultad de CCEF. Tiene un Masters de Ciencias en terapia marital y familiar de Fuller Theological Seminary. Aaron es un consejero profesional clínico licenciado (LCPC, siglas en inglés) y ha aconsejado en ámbitos de la comunidad de salud mental, hospitales psiquiátricos y pacientes ambulatorios. Tiene una pasión por formar fuertes relaciones con las iglesias locales y ama apoyar a ministros pastorales en servicios de consultas, capacitación y consejería. Vive en Big Sky Country y disfruta todas las actividades al aire libre del lugar con su esposa Kelli y sus cinco hijos.
Otras entradas de Aaron Sironi
Prevención de conductas sexuales inapropiadas en la consejería: algunas sugerencias prácticas
 
Inmunizando tu matrimonio durante la pandemia de la COVID-19